Yolanda Arcos es vivaracha en el tatami. Allí ella siempre tiene una ventaja sobre sus competidoras. Es zurda, condición que usa para derribar siempre a sus rivales.
Esa característica obliga a sus contrincantes a cambiar de estrategia, tiempo que aprovecha para ponerlos de espalda en el tatami (alfombra donde se realizan los combates de judo).
Técnicas como ‘Uchi Mata’, ‘O Soto’, ‘Jaray Goshi’, son sus preferidas; todas esas consisten en agarres usando la parte más ágil de su cuerpo. Esta facilidad de movimiento fue perfeccionada mientras entrenaba en la Concentración Deportiva de Pichincha, desde los 13 años.
A esa corta edad, con la ayuda de su exentrenadora Pamela Soria, logró afianzarse en el deporte y empezar a ganar sus primeras medallas. Soria era una especie de mamá y papá. Ella, además, era su tutora legal y representante en la escuela nocturna 9 de Octubre, en Quito, donde terminó la primaria.
Hoy con 19 años, Yolanda forma parte de la selección ecuatoriana de judo que participó en el Panamericano de esa disciplina en Guayaquil, el fin de semana pasado.
Debido a su buen desempeño en el 2013, cuando fue considerada la mejor deportista juvenil, para este año la judoca ascendió de la categoría C a la B en el equipo de Alto Rendimiento del Ministerio del Deporte.
Este año, la deportista tendrá un mayor nivel de dificultad, pues incursiona en la competición por 57 kilogramos. Antes lo hacía en los 52 kg.
Yolanda no le huye a los retos y por el contrario entrena a diario para adaptarse a la nueva exigencia y aunque fue eliminada en la primera fase del último Panamericano no pierde su objetivo de llegar a los Juegos Olímpicos de 2016.
Recurrió al deporte para mejorar su vida y ayudar a sus hermanas. Con 13 años partió de la finca de sus padres en Sigchos (Cotopaxi) y se radicó en Quito con su hermana mayor, Guadalupe. Para evitar caer en vicios, entró al judo como hobbie.
Guadalupe, de 28 años, que dejó el box amateur para dedicarse a la práctica profesional, ha sido el ejemplo de Yolanda. Como hermana mayor, inculcó en su vida el deseo de superación y la disciplina que se necesita en el deporte.
Concentrarse en el judo no ha sido un impedimento para sus estudios. Ella está por terminar el bachillerato en el colegio Pablo Muñoz Vega, en Quito. Para aprovechar su alegre personalidad le gustaría ser presentadora de televisión. Pero aún no decide por qué carrera universitaria inclinarse.
El tiempo libre lo utiliza para sus tareas escolares. Dice que “aún no pierde tiempo en situaciones románticas”.
Su amiga y confidente en la concentración es Diana Cobos, quien es compañera en la selección de Pichincha y con quien suele compartir el cuarto en la villa de judo del Comité Olímpico Ecuatoriano.
Yolanda elogia el trabajo que han realizado sus compañeros Diana Chalá y Roberto Ibáñez. Pero su meta es superar lo que han hecho ellos.
Otra de sus experiencias en el deporte fue el boxeo, disciplina que practicó cuando tenía 13 años. Su hermana mayor, Guadalupe, lo introdujo, pero ella lo dejó porque no le gustó.
Ahora está en su período de vacaciones en Quito, donde visita a sus familiares y aprovecha para practicar su otra pasión, el patinaje sobre hielo.
Fuera del ámbito deportivo, la judoca está ayudando económicamente a sus hermanas menores. Betty de 15 años, que es campeona nacional sénior, y Diana, de 13 años que es campeona nacional infantil en judo; ellas también en la casa de Pamela Soria, en Quito.
El calendario de actividades de Yolanda es exigente este mes. Ella tendrá que defender su corona sudamericana en los Juegos de Chile, desde el 10 hasta el 14 de marzo. Después irá a Montevideo, Uruguay, donde disputará el Panamericano entre el 17 y el 18; también asistirá al abierto de Buenos Aires, Argentina, del 22 al 23.
Yolanda Arcos
Su biografía: nació en Sigchos, en la provincia de Cotopaxi, el 4 de junio de 1995. Tiene 19 años.
Su trayectoria: campeona infantil en el 2008. Fue declarada la mejor del Abierto de Estados Unidos en 2012. Campeona juvenil sudamericana y panamericana en 52 kg en 2013. También fue declarada la mejor juvenil nacional el año pasado por el Ministerio del Deporte. Formó parte del equipo que logró la medalla de bronce en Guayaquil.