Ya se vive el ritmo del Mundial a la ecuatoriana en Brasilia

Ecuatorianos en Brasil para apoyar a la Selección hoy, domingo 15 de mayo. Foto: Marcos Vaca/El Comercio

Ecuatorianos en Brasil para apoyar a la Selección hoy, domingo 15 de mayo. Foto: Marcos Vaca/El Comercio

Ecuatorianos en Brasil para apoyar a la Selección hoy, domingo 15 de mayo. Foto: Marcos Vaca/El Comercio

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A una hora del juego de Ecuador - Suiza la novedad es que esto es una fiesta fuera del estadio. Los ecuatorianos, como no podía ser de otra manera, imponen el ritmo.

El grupo Poder Negro vino desde Ibarra y más de una pareja se puso a bailar. No hubo nostalgia de la tierra, hubo alegría con sabor a bomba.

Un grupo de suizos tuvo la desdicha de gritar en alemán el nombre de su país y los ecuatorianos les hicieron carga montón.

Los cánticos ecuatorianos minimizaron lo que parecían susurros suizos. Ecuador ya ganó en la previa, la fiesta es tricolor.

Y la escena es repetida. Hay bandeas, camisetas, venta de camisetas, llaveros y hasta los brasileños pintan por un real la cara con los colores amarillo, azul y rojo.

El sol también se entusiasmó con la alegría futbolera y ya calienta un poco el clima.

No hay largas filas para entrar, sólo los ecuatorianos amontonados para gritar y hacer más fiesta.

El colorido afiche del Mundial trae una frase que pudiera resumir la fiesta fuera del estadio en Brasilia: "Juntos num sólo ritmo" que en el cercano español es Juntos en un solo ritmo.

Ecuatorianos, brasileños y uno que otro suizo se encuentran en las afueras del imponente escenario deportivo. Los tricolores gritan cánticos ya conocidos, sentenciados por el 'Sí se puede'. Los brasileños, que ya apoyan a la Tricolor, alcanza a gritar Ecuador, Ecuador con su inconfundible acento; pero todo vale.

Los pocos suizos alcanzan a dar alaridos sólo para no quedar en vergüenza, pero la idea del Mundial vale: juntos en un solo ritmo.

De Machala grita un hincha que camina un torcedor que lleva un short y una camiseta amarilla. De Loja añade otro con la bandera en la mano. A ninguno le preocupa el clima, ese es un asunto menor ya entrados en gastos.

En Brasilia a estas horas (09:50), dos más que en Ecuador, el cielo está gris; la esperanza es que el amarillo de la camiseta nacional alumbre el estadio.