Willy Guamán es campeón latino en 85 cm³

El motociclista ecuatoriano descansa después de una competencia nacional. Foto: Cortesía

El motociclista ecuatoriano descansa después de una competencia nacional. Foto: Cortesía

El motociclista ecuatoriano descansa después de una competencia nacional. Foto: Cortesía

Willy Guamán fue recibido como un héroe en el cantón lojano de Saraguro, el pasado 18 de agosto. Llegó al parque central escoltado por una caravana de motos y vehículos. El título latinoamericano de minicrós 85 cm³, que alcanzó en Colombia, motivó tal recibimiento.

Su padre, Julio Guamán, considera que es el éxito más importante de todos los tiempos de un deportista de Saraguro. El piloto indígena de 13 años sorprendió a sus rivales, quienes por su experiencia entraron a la pista de Pereira como favoritos. Él, en cambio, se estrenó a escala internacional.

Willy incursionó en el motociclismo a los 4 años, siguiendo los pasos de su padre, quien alcanzó algunos éxitos provinciales. En sus inicios, el adolescente practicó con una moto simple, pero luego sus padres hicieron el esfuerzo para adquirir una moto de mejores condiciones técnicas. Su progenitor cuenta: “vimos su talento y lo aprovechamos”.

El corredor ecuatoriano es el primer hijo de Julio Guamán y Nancy Gualán, oriundos de Saraguro. Tiene dos hermanos mellizos de 6 años: Martín y Diego. Toda la familia vive en Cuenca y eso le permite entrenarse y competir en los torneos provinciales del Azuay, cuyo nivel es más competitivo.

Sus primeras carreras fueron en la categoría de 50cm³ y siempre se ha mantenido entre los tres mejores a escala nacional. Para él es especial competir en Loja o Saraguro, porque allí tiene el apoyo de su familia paterna y materna. Pese a que vive y estudia en la capital azuaya, mantiene largo su cabello (hecho trenza).

Su padre, quien por motivos de estudios abandonó Saraguro a los 17 años, asegura que conservar el cabello largo es una tradición y parte de la cultura indígena de Saraguro. “Es nuestra identidad y nos hace diferentes al resto. Por eso he inculcado a mis hijos respetar esa costumbre”.

Guamán recuerda que en su época de deportista sentía cierto racismo y que ahora no lo ha percibido, aunque siempre trata de proteger a su hijo de alguna burla que pueda recibir antes, durante o después de una competencia.

En Pereira, en el Latinoamericano, lo incomodaron cuando le llamaron la atención por su cabello. “Supuestamente era medio peligroso y tenía que recogérselo”, dice su padre.Entre el 2013 y 2017, la familia Guamán Gualán residió en Quito y durante ese tiempo la actividad del motociclista fue mínima, debido al tema económico y a las ocupaciones de sus progenitores.

El año pasado, Willy pasó a la categoría de 85cm³ y por razones familiares dejó por completo las competencias. Este año volvió a las pistas tras adquirir una moto más competitiva y empezó a correr las válidas provinciales en Azuay. Fue segundo en su categoría y eso motivó al piloto y a sus padres.

A mediados de este año, en Santo Domingo de los Tsáchilas, Willy obtuvo el cupo para participar en el Latinoamericano de Motociclismo, tras terminar segundo en un selectivo nacional. Los pilotos corrieron durante 20 minutos y los cuatro mejores clasificaron al certamen de Pereira.

Por falta de recursos económicos para viajar en avión, la familia del piloto decidió trasladarse vía terrestre a Colombia. Después de 30 horas de cubrir la ruta Quito-Ipiales-Cali, el piloto y sus acompañantes llegaron a Pereira. Después del histórico triunfo recorrieron en buseta otras 30 horas a Quito y de allí a Cuenca.

Durante tres meses, Willy tuvo una preparación exigente con miras al Latinoamericano. El piloto considera que valió la pena sacrificar sus vacaciones. Le sirvió el hecho de no ser favorito, porque entró a la pista sin ninguna presión.

En lo que resta del año competirá en un Nacional de Motocrós y en dos válidas provinciales en Cuenca. El 2020 pasará a la categoría de 85cm³ motocrós, que es para jóvenes de hasta 16 años. Él será el más joven y su meta es mantenerse entre los tres mejores.

Su padre lo define como un chico tranquilo, como cualquier otra persona de su edad. “Es alegre, respetuoso con sus padres, juega con sus hermanos y es un buen estudiante”.

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