En el parque nacional del Annapurna, en Nepal, hay decenas de rutas para realizar caminatas por la montaña. Estas travesías pueden durar entre dos y tres semanas. Foto: Archivo
Una caminata inolvidable puede durar media hora, en los pajonales más cercanos a Quito, o 15 días a los pies de las montañas más grandes del planeta. Ambas actividades permiten despejar la mente, mejorar el estado físico y compartir momentos inolvidables con amigos y familiares en medio de la naturaleza.
Las expediciones que cruzan los Andes, los Pirineos y los Himalayas empiezan con esas salidas familiares a los páramos locales. De eso da fe Hugo Torres, quien se inició en el senderismo con esporádicas salidas al Pichincha a los trece años.
50 años después, el aventurero ecuatoriano cumplió el anhelo de acudir a los Himalayas, por el lado nepalí, con su esposa y sus tres hijos.
Junto con dos ecuatorianas más, dos canadienses y más adelante con un par de alemanes que se unieron en el trayecto, realizaron una de las caminatas de montaña más famosas del mundo.
Durante dos semanas, con recorridos de 5 y 7 horas diarias, en promedio, la familia Torres transitó el trekking del Annapurna, que se inicia a 700 m y finaliza con un paso de montaña a casi 5 500 metros. “Fue increíble pasar Navidad y Año Nuevo a los pies de las montañas más altas del planeta. Una experiencia que recomiendo realizar en familia”, indicó el expedicionario de 63 años.
De las 14 montañas más grandes del mundo, que superan los 8 000 metros de altura sobre el nivel del mar (msnm), ocho están en Nepal. En el macizo del Annapurna, con un pico de 8 091 m, los ecuatorianos emprendieron su viaje.
El tour de dos semanas, que incluye comida y hospedaje en los pueblos de la zona, cuesta poco más de USD 1 000. Lo más costoso, y esto dependerá de las rutas y conexiones aéreas que se tomen, es llegar a Katmandú. Una vez en la capital nepalí el tour continúa con trayectos cortos en avionetas y en buses. Luego, empieza el recorrido en medio de los grandes colosos asiáticos.
Los caminantes se hospedan en pequeñas hostales, conocidas como ‘tea houses’, que también ofrecen alimentación. Después de caminar, una simple sopa caliente y una sencilla cama pueden parecerse a un lujo. Por eso se dice que en las montañas se aprende a valorar los pequeños placeres de la vida como la comida, la ducha…
¿Esos retos están destinados a los montañistas experimentados? Todo lo contrario. Estas caminatas son diseñadas para personas de toda edad, pero con un buen estado de salud. Si bien se cumplen largos recorridos, estos se realizan a paso lento, sin apuros, con guías expertos.
El viaje soñado de la familia Torres sirvió también para determinar los niveles de dificultad, pues ellos fueron para disfrutar y comprobar el recorrido. Ellos ofrecerán próximamente el tour en su operadora turística Ecoandes Travel.
Trayectos como ese se realizan por los Himalayas, los Pirineos, la Patagonia; África, Oceanía, Sudamérica… En el país son reconocidas las caminatas que finalizan en el Chimborazo, el Cayambe y otros nevados andinos. Uno de los más famosos, conocido como el ‘trekking’ del cóndor, recorre las faldas del Antisana.
Es recomendable acudir a estos lugares con guías certificados, pues estos conocen la ruta y saben qué hacer en caso de una eventualidad.
Para llegar a las caminatas de varios días es necesario pasar por aquellas salidas de campo con la familia. Es preferible iniciarse en lugares de fácil acceso e ir subiendo poco a poco la dificultad.
Los parques metropolitanos, en el norte, en el sur y en el valle de Los Chillos son idóneos para empezar. Luego se puede acudir al Pasochoa, el Pichincha, el Imbabura. Eso sí, por más corto que sea el viaje hay que acudir siempre con los implementos adecuados: botas, chompa y una mochila para llevar comida, agua y ropa adicional. Así, poco a poco, cualquier persona puede ir adquiriendo la costumbre de caminar por varias horas.
Iván Vallejo, ecuatoriano que subió a las 14 montañas más alta del mundo, incentiva a realizar estas travesías. Él tiene planificado un ‘trekking’ hasta el campamento base del Everest, para incentivar el liderazgo. “Sin duda, un viaje que siempre recordarán”, escribió en su página de Facebook.