Con el verano se renuevan las ganas de ir a la piscina

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En la piscina de San Carlos hay cursos veraniegos para niños, jóvenes y adultos. En vacaciones hay horarios extendidos. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

La mayoría de personas prefiere aprender a nadar en las vacaciones de verano.  Así lo ha comprobado Paúl Yépez, un exseleccionado de natación de Pichincha y actual entrenador en la Escuela de Natación Galo Yépez.

En este centro de aprendizaje acuático, ubicado en el sector de la California Alta, al norte de Quito, los cursos vacacionales empiezan a las 08:00 y se extienden hasta las 20:00. En solo dos semanas y con 10 clases de 45 minutos cada una, un niño mayor de seis años puede dejar los flotadores y cruzarse una piscina de 10 m.

Eso es lo que se conoce como un nivel de supervivencia.

Después de aquello, conocer la técnica de los estilos de natación es solo cuestión de tiempo y de práctica. En este deporte se ejercita y compite en libre, espalda, pecho y libre.

En la Escuela Galo Yépez, al igual que en otros centros de enseñanza de natación, garantizan el aprendizaje de niños mayores de seis años.

Para los más chicos también hay cursos, con la finalidad de perder el miedo al agua. Allí reciben niños desde un año.
Los adultos, incluidos los adultos mayores, también pueden aprender las técnicas para ganar confianza en el agua.

En Quito existen decenas de opciones para disfrutar de un grato momento en una piscina.

Hay clubes privados, lugares en los que cobran una entrada y hasta sitios gratuitos.

Una de las claves en el momento de elegir una piscina es la limpieza del lugar. Por eso hay que fijarse que el agua no ande turbia y que las paredes y los pisos estén limpios.

La natación es una actividad para personas de toda edad. Así lo asegura Aldrin Ballesteros, entrenador de la piscina del Colegio Borja 3 donde además hay cursos vacacionales. Él asegura que la intención de los vacacionales es masificar la practica de esta disciplina.

Las personas que ya saben nadar pueden acudir a las piscinas por simple relajación o por realizar actividad física.

Hay lugares al aire libre, como es el caso de Rancho Alegre en San Antonio de Pichincha.

También, están las opciones techadas, como las piscinas de San Carlos, El Batán, Jipijapa; de los colegios Benalcázar, Mejía, Montúfar, San Gabriel que están abiertas al público.

Además, los Centros Activos de Propiedad del Pueblo donde el ingreso es gratuito y se imparten clases.

El uso de gorro para el cabello y licra de baño es obligatorio en casi todos los lugares.

Las gafas de agua son opcionales, pero son un implemento muy útil. No solo permiten ver debajo del agua. Al mismo tiempo protegen los ojos del cloro y las impurezas del agua.

Hay opciones de piscinas públicas como el Centro Deportivo Metropolitano Iñaquito (Atahualpa y Amazonas), Centro Activo 1 (El Universo y el Sol). Están además las de Qmandá, en el centro.
Por si fuera poco, en los valles hay piscinas temperadas como El Tingo, La Merced y más.

Los accesorios

Al momento de ir a la piscina no olvide llevar zapatillas. Así tendrá menos opciones de resbalar y evitará el contacto directo con el piso.

Las tablas para aprender estilos, que venden en locales especializados en deporte, le servirán para aprender los cuatro estilos.

Lleve un botellón con agua y evitar inconvenientes con una posible deshidratación. Asimismo, comida para recuperar las energías.

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