El florecimiento de los guayacanes es un espectáculo que puede verse en la carretera. Foto: Telmo Arévalo y Archivo
En anteriores publicaciones les había indicado que para cruzar la frontera con Perú había dos ciudades de paso obligado: Huaquillas (El Oro) o Macará (Loja). Sin embargo, se estaba construyendo la carretera que por Alamor se desvía hacia Zapotillo y llega a Sullana y Piura en el norte peruano. Esa vía es la manera más corta y rápida de llegar a nuestro vecino del sur.
En el regreso de mi último periplo por el país de los incas, nos animamos a probar suerte por esa carretera, ya que no sabíamos si estaba terminada o no. Grande fue nuestra sorpresa al constatar que ya estaba perfectamente habilitada para el uso vehicular.
Zapotillo, perteneciente a la provincia de Loja, es una hermosa ciudad, pequeñita, de gente muy tranquila y con un gran corazón. Ubicada en medio de una amplia estepa semiárida con escasa vegetación, disfruta de un clima excepcionalmente primaveral, con temperaturas promedio de 25 grados, donde el sol brilla todo el año.
El edificio del Gobierno provincial es una copia de Carondelet.
Tamarindos, palmeras, algarrobos y más allá guayacanes rodean a esta ciudad, mostrándonos la suerte de haber encontrado otro pedazo de paraíso escondido.
Su lejanía con el resto del país ha evitado que Zapotillo se contamine con la delincuencia, y le ha permitido mantenerse como una ciudad de verdadera paz y seguridad.
Como turistas, necesitamos saber qué nos puede ofrecer esta maravilla. Se destacan su parque central, iglesia matriz, casas tradicionales y modernas, edificios públicos muy bien mantenidos, restaurantes, pequeños hoteles y un mercado popular en donde se puede encontrar de todo.
El río Catamayo-Chira, que es un balneario natural de aguas cristalinas, también es la frontera natural con Perú, que está al frente. En lo alto de una loma resalta imponente un hermoso castillo que se está terminando de adecuar como mirador, tanto de la ciudad como de los campos que la rodean.
En los alrededores de Zapotillo también se encuentran pequeñas cascadas, lagunas y cuevas; el valle de Palo Santo y también el río Carrizo, que sirve como hidromasaje con sus pequeñas cascadas y también para pesca deportiva. Cabe resaltar la reserva natural de la Ceiba – Pilares y la de Cazaderos.
En cuanto a comida, el plato insignia de Zapotillo es el chivo al hueco, que debe su nombre al hecho de que la carne de ese animal se cocina en una olla que se introduce en un hoyo cavado en la tierra.
También encontraremos el seco y el picadillo de chivo, sango de maíz, buñuelos, natilla zapotillana, pasteles rellenos de carne y cebiches, entre otros manjares tradicionales de la zona.
Para refrescarse del calor, lo mejor es tomar jugos de frutas naturales, entre los que se destacan el de tamarindo y la pipa de coco (al estilo esmeraldeño), ambos muy helados. Todo esto encontraremos, especialmente, en el restaurante Los Yahairos, reconocido en toda la ciudad, donde sus propietarios atienden a los comensales de excelente manera, con el exquisito sabor de su comida como su mejor carta de presentación.
El río Catamayo-Chira hace de frontera natural con el vecino Perú.
Dejé para el último el relato de algo espectacular que solamente sucede una vez al año, entre enero y febrero: el florecimiento de los árboles de guayacán. Las cercanas poblaciones de Mangahurco, Bolaspamba y Cazaderos son los lugares más recomendados para su avistamiento.
No obstante, sin necesidad de ir hasta allá, en el mismo camino de retorno tuvimos la suerte de apreciar vastos campos de esos árboles, llenos de flores de un amarillo intenso que contrastaba con el azul del cielo y el café y el gris del suelo. Es un espectáculo maravilloso que ahora está siendo explotado turísticamente en el país.
¿Cómo llegamos hasta Zapotillo? La manera más corta y rápida es ir de Quito a Riobamba por la Panamericana Sur, desviarse en Colta hacia la Costa por la carretera que atraviesa Pallatanga y luego seguir por Cumandá, El Triunfo y La Troncal hasta Puerto Inca.
De allí, seguimos hacia el sur por la carretera Troncal de la Costa y pasamos por Naranjal, Machala y Santa Rosa, hasta Arenillas. Allí viramos a la izquierda para seguir por la carretera E25 que llega a Alamor, y desde ahí tomamos a la derecha, por la misma ruta, hasta llegar a Zapotillo. El trayecto total es de 660 km, por una carretera totalmente asfaltada y en excelente estado.
Este castillo situado en una loma se está adecuando como mirador.