Dicen que un jugador nacido en la tierra del tango, conocido como Trieler, come ansias para que le salga cuanto antes su carta de naturalización. Su problema es que otro tanguero ‘la rompe’ en Ecuador y teme que le ofrezcan la nacionalidad y un puesto en la selección. Nervioso, Trieler llamó a su agente y le dijo algo como esto:
“¿Cómo estás, boludo, cómo va lo de mi nacionalización? Quiero ser ecuatoriano ya para llevar mis toneladas de goles a la elección de Ecuador, che. Movete, movete, que un tal Naves anda metiendo goles y todos allá dicen que nadie se acuerda de mí por su culpa ¿Qué dices, boludo? ¿Qué no solo debo nacionalizarme sino que también debo hacer goles en Argentina? ¿Qué el DT de la selección piensa que Naves es mejor que yo? ¡No seas cargoso, che! Dile al DT que no estoy en crisis, sino que estoy guardando mis goles para la Selección. Dile que Naves se está gastando los goles y no le va a quedar nada para la Copa América. Yo estoy fresquito, repleto de goles para Ecuador. Además, ya me sé el Himno Nacional, ¿cómo iba?, ah, era así: “si yo muero primero, es tu promesa…”, me muero de ganas de cantarlo en el Atahualpa, vestido de amarillo, Movete, boludo, que Naves me va a ganar, movete”.