Se los llama ‘deportistas extremos’ por la cantidad de horas que le dedican a su preparación. Para poder competir en natación, ciclismo y atletismo, los triatletas se entrenan en dos jornadas, durante todos los días, incluidos los fines de semana.
Solo así logran preparar cuerpo y mente para cruzar la meta después de realizar las tres disciplinas en una sola competencia.
José Reinhart, médico deportólogo, asegura que los triatletas deben prepararse más que otros deportistas. Por eso, asegura que deben realizarse chequeos permanentes para no sufrir sobreentrenamiento y evitar las lesiones.
“El triatlón es el futuro del deporte mundial, por la diversidad de las disciplinas. Cada vez más deportistas se entrenan para competir en estas pruebas”, asegura el especialista.
Para completar una carrera, estos atletas deben dejar de lado las fiestas, pues su preparación apenas si les deja tiempo para descansar. Sin embargo, la mayoría debe combinar su entrenamiento diario con el trabajo. Por este motivo, el día para ellos empieza en las madrugadas.
Elio Loor, un manabita que jugó fútbol hasta la categoría sub 20 del Espoli, durante tres días de la semana empieza sus jornadas a las 05:00. En esos días sale por las carreteras a recorrer entre 40 y 90 kilómetros, dependiendo de la etapa en la que se encuentre su preparación.
Tres semanas atrás, Loor partió en bicicleta a las 06:00 junto con Dilmar Larrea, otro triatleta que se prepara para los ironman, desde la avenida Simón Bolívar, en el norte de la capital. Ellos recorrieron 49.6 kilómetros hasta el Café de la Vaca, en Machachi.
A este sitio llegaron, codo a codo por la autopista, 10 minutos antes de las 08:00. De inmediato se bajaron de sus bicicletas, se cambiaron los zapatos y corrieron cinco kilómetros más por la carretera. Solo después se detuvieron, realizaron unos 15 minutos de estiramientos y retornaron hasta Quito para continuar con sus labores cotidianas.
Larrea tenía que llegar antes de las 10:00 para su jornada diaria de trabajo al frente de su propia empresa de tecnología. En tanto, Loor debía descansar para retomar su trabajo de entrenador, por las tardes.
Pero ese día, para que su jornada de entrenamiento se completara, debían continuar en el agua. Por eso, a las 20:00, junto con otros deportistas, entrenaron hasta las 22:00 en la piscina de Jipijapa, en el norte.
“En el entrenamiento debemos prepararnos de tal forma que a las competencias solo vamos a cubrir las distancias que ya hicimos en nuestra preparación”, comenta Loor.
Carolina Ponce también acostumbra su cuerpo a las altas temperaturas. Por eso, tres veces por semana, ella monta su bicicleta por la vía a Guayllabamba. La deportista, de 38 años, realiza su preparación junto con el entrenador Nelson Vásquez.
Esta madre de tres hijos ganó el triatlón de Galápagos, el año pasado, en la categoría 29-39 años. Ella también se levanta en las madrugadas, pero para alistar a sus hijos antes del colegio.
A las 07:00 empieza su entrenamiento. Cuando no está sobre su bici, nada y trota en el Quito Tenis y Golf Club. Su jornada finaliza al mediodía. En la tarde, vuelva a su labor como madre.