Joselito después de una década, 4 orejas y rabo

El matador español, Jose Miguel Arroyo también conocido como Joselito. AFP

El matador español, Jose Miguel Arroyo también conocido como Joselito. AFP

El matador español, Jose Miguel Arroyo también conocido como Joselito. AFP

El diestro madrileño José Miguel Arroyo, ‘Joselito’, volvió a los ruedos en la plaza francesa de Istres, cortó cuatro orejas y un rabo tras todo un recital de clasicismo y hondura.

La tarde de su puntual vuelta a los ruedos fue entera para Joselito, de cabo a rabo.

Hasta ese mismo rabo que un público entregado le concedió tras estoquear al último toro de su carrera. Más de 10 años después de que se despidiera en silencio en Zaragoza, el torero de Madrid desplazó hasta la mediterránea ciudad francesa de Istres a cientos de los muchos seguidores que tuvo durante el tiempo que permaneció activo.

Y ningún aficionado salió defraudado, porque José se antologizó a sí mismo en una actuación redonda, buscándose a cada lance, a cada pase, en su propia esencia como torero, y encontrándose con mucho más que un recital del toreo más clásico.

Durante la lidia de sus dos toros de Garcigrande, de gran nobleza ambos aunque el primero de mayor entrega y duración, flotó en el ambiente una honda sensación de nostalgia.

Porque, bajo un cielo gris y una lluvia suave y melancólica, la banda de música tuvo además el feliz detalle de acompañar las faenas del madrileño con dos piezas nada típicas, pero que encajaron a la perfección.

Alos sones lánguidos de Hymne a lamour, la canción de Edith Piaff, Joselito se dejó llevar por los sentimientos, relajado, saboreando cada momento.

El hispano Morante de la Puebla y el francés Cayetano Ortiz, que tomó la alternativa cortaron una oreja cada uno.

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