El pase cambiado por la espalda, elegido por el nuevo matador Andrés Roca Rey para iniciar su faena, hace vibrar al público. Foto: EFE
El torero peruano Andrés Roca Rey no para de triunfar desde su alternativa en Nimes.
Con 19 años, el nuevo diestro es uno de los retadores y su promisoria como exuberante carrera en el primer tramo del nuevo escalafón amenaza a los que ostentan el cetro de figuras del toreo por varios años .
Esta vez llegó a Cali, vio y triunfó. El domingo cortó tres orejas, sembró su quietud en la plaza de Cañaveralejo y se instaló como candidato al trofeo del Señor de los Cristales.
Hace un mes había arrebatado a la afición de Lima en un celebrado mano a mano nada menos que con la figura de época: Enrique Ponce.
Roca Rey ya pasó por varias plazas de México y una nutrida campaña por varias plazas colombianas le espera cada vez con más expectativas por la novedad que encierra.
El domingo se hizo cargo del peso que supone ser una novedad en una de las ferias sudamericanas de mayor prestigio y eso no le arrugó.
Roca Rey alternó David Fandila, ‘El Fandi’, que conquistó una tarde triunfal en su reaparición, luego de la cornada sufrida en la Plaza Belmonte de Quito. El granadino cortó una oreja a cada toro y las heridas del día 5 de diciembre todavía le causan dolor y molestias.
Esa tarde cerraba cartel Posada de Maravillas, otro español que no tuvo suerte con su lote y se fue casi inédito de la capital vallecaucana.
Los toros fueron de Paíspamba y completó el encierro una res de Fuentelapeña. Los astados de la ganadería titular tuvieron romana y en general buen juego lo que facilitó el triunfo de dos de los tres toreros alternantes.
Para David Fandila, ‘El Fandi’ el paseíllo en la copa de champán -como se conoce a la plaza de Cañaveralejo- no era cosa nueva. Si suponía un reto adicional reaparecer luego de la cornada de Quito, donde es ídolo, que le abrió la musculatura de su muslo izquierdo causando destrozos en una de las zonas sensibles.
La tauromaquia de ‘El Fandi’ se soporta en un segundo tercio donde el motor de sus veloces piernas es un activo principal para clavar banderillas, casi ‘volar’ en el aire y salir con ligereza y dignamente de la cara del toro.
En Cali, El Fandi se mostró variado con el capote, tanto que agradó al público que finalmente estalló en banderillas.
La revista Aplausos reseño así la actuación: “El Fandi paseó una oreja del primero, un toro noble pero a menos durante la lidia.
La actitud de El Fandi, que reaparecía tras la cornada que sufrió en la plaza Belmonte de Quito, fue sobresaliente. Bien con el capote, se mostró seguro con los rehiletes antes de dejar una faena en la que destacó su disposición. Coronó su labor de una buena estocada. Su segundo fue un toro exigente y con emoción, tuvo transmisión en sus arrancadas y el granadino le dio fiesta en todos los tercios y terrenos. Desde el capote de salida, pasando por las banderillas y en una faena de muleta iniciada de rodillas y que tuvo continuidad y ligazón sobre ambas manos. Esfuerzo de El Fandi, mermado de facultades, que paseó una oreja tras una estocada efectiva”.
Sobre la actuación del nuevo torero del Perú, Aplausos escribió: ‘Andrés Roca Rey formó un auténtico alboroto frente al segundo. El peruano hacía su presentación en Cañaveralejo y no pudo caer con mejor pie. Frente a un animal noble, pero que no terminó de romper, Roca Rey mostró toda su capacidad en una labor abundante y en la que no se dejó nada en el tintero. Sobre el valor, la disposición, la ambición y un sincero arrimón construyó una labor rematada de una estocada entera y algo caída que fue premiada con las dos orejas.
Sumó otro trofeo del quinto, un toro bueno, que desarrolló nobleza y buena condición. Faena de radiante actitud del peruano, primero con el capote en el recibo y después para llevar al toro al caballo y en un posterior quite por tafalleras.
Con las dos rodillas en tierra abrió la faena en un inicio intenso. De nuevo, Roca Rey anduvo solvente y seguro, en una labor plena de capacidad y sitio. Vio toro en todo momento y se la jugó, al igual que en su primero, en terrenos de cercanías. Mucha firmeza entre los pitones del toro. Pinchó antes de agarrar una estocada’.