Andrés Roca Rey (izq.) ensaya un quite, aquí en una caleserina, en la plaza de Latacunga. El maestro Enrique Ponce en un pase natural al toro Clavel, de Ortuño. Fotos: Julio Estrella/EL COMERCIO
El mano a mano celebrado en Latacunga se saldó con tres orejas, un toro de vuelta al ruedo y un diestro que salió por la puerta grande: Enrique Ponce mientras Andrés Roca Rey cortó una oreja.
Con un llenazo hasta la bandera y en tarde nublada se lidiaron dos toros de Huagrahuasi, dos de Triana, de excelente lámina y poco juego, salvo el segundo de clase y hondura, aplaudido en el arrastre; y un sobrero de Ortuño, que fue premiado con la vuelta al redondel.
Nada pudo hacer Enrique Ponce con su primero que fue manso y parado. En su segundo el toro se descordó en varas y salió en su lugar el sobrero, Clavel, número 649 de 480 kilos, de la ganadería de Ortuño de clase y transmisión.
El maestro de Chiva lo lanceó con apostura a la verónica en el saludo capotero y el quite. Luego de dos puyazos y unos vibrantes doblones la faena fue de pausa y ritmó. Ponce dio los tiempos requeridos al toro y la fase de toreo por el pitón derecho fue de temple y clase, aprovechando la embestida humillada del toro una vez que corrigió los primeros defectos de la res. El toreo natural fue de gran calidad y arte y Ponce dio cátedra de torería en otra faena para el recuerdo. La estocada cayó baja pero el público pidió y consiguió las dos orejas que Ponce paseó entre el reconocimiento general.
Andrés Roca Rey recibió a su primero con buenas verónicas, y un aplaudido quite por chicuelinas, el toro tenía ritmo y llegó a la muleta con calidad, en especial por el lado derecho por el que logró, tras un buen inicio por alto, templados muletazos de manos bajas en varias series de excelente corte. El pitón izquierdo era de embestida desigual pero aun así le dio varios muletazos de hondura y de expresión para volver a hilvanar nuevas tandas superiores con la derecha en el epílogo de una faena rematada por manoletinas y un soberbio volapié algo tendido. El toro tardó en doblar y las dos orejas seguras quedaron en un trofeo paseado con entusiasmo en la vuelta por el anillo.
El torero de Lima saludó muy bien a la verónica pero el toro luego del puyazo se volvió mirón. Acaso quedó algo crudo para un quite lucido de floridos lances a la mexicana. Roca Rey cumplió una buena labor con toreros momentos pese a la brusca embestida que no rompía y se volvía complicada. Con una media estocada y otra entera de buena ejecución que despenó sin puntilla al último pero dejó en claro que tiene motor y entrega totales.
Al finalizar la corrida Ponce se fue a hombros y Roca Rey muy ovacionado.