Una surfista entre la nieve en Noruega. Foto: Oliver Morin/ AFP
En el archipiélago noruego de las islas Lofoten, los surfistas afrontan un frío extremo para practicar su pasión en una naturaleza inmaculada y espectacular.
Un surfista camina en medio de la nieve. Foto: Olivier Morin / AFP
Ellen Holgersen, 32 años.
“Me he mudado varias veces en función del surf (…) Prefiero el frío, así es como acabé aquí. He vivido en lugares en los que puedes salir de casa y meterte en el agua, pero era como ir al gimnasio, demasiado simple, con demasiada gente. Aquí uno tiene la impresión de ir de expedición”.
Los surfistas utilizan trajes especiales para contrarrestar el frío. Foto: Olivier Morin / AFP
Encontrar la calma
Ole Kristian Fjelltun-Larsen, 34 años, dueño de una cafetería y de habitaciones de huéspedes:
“Para mí el surf es deporte y relajación. El invierno es un reto, es una forma extrema de meditación, un contacto intenso con la naturaleza. Físicamente es una prueba, tu cuerpo quema mucha energía para mantener tu temperatura, es agotador. Pero tu mente se relaja, olvidas muchas cosas, encuentras la calma, los grandes problemas se vuelven menos abrumadores.”
Sueño de niño
Nils Blom, 38 años, cocinero en Hanningsvaer:
“El surf es un sueño de niño para mí. Vi ‘Point Break’, una película de culto, cuando tenía unos 10 años. Para mí, que crecí en el campo, era algo totalmente exótico. Ya hacía monopatín y me prometí a mí mismo que un día haría surf. Después de la escuela, viajé y surfeé un poco por todas partes antes de darme cuenta de que había buenas olas en Suecia y en Noruega ” .
Sentirse vivo
Haege Cecilie Forfang, de 28 años. Foto: Olivier Morin/ AFP
Hæge Cecilie Forfang, 28 años, fisioterapeuta:
“Para mí el surf es una oportunidad para observar los cambios de las estaciones, desde el sol de medianoche estival hasta el invierno glacial y oscuro. Vine aquí por mi trabajo desde el sur de Noruego. Iba a quedarme tres meses y ya llevo cinco años. No tengo intención de marcharme. En invierno, puede parecer desalentador visto desde fuera, pero el agua no es tan terrible (…) Solamente se hiela la cara expuesta, pero es una sensación agradable, ¡uno se siente vivo! ” .
Recreo para adultos
Lisa Blom, 38 años, encargada de hotel en Kabelvag:
“ El surf es la vida misma. Indispensable para mí, como respirar, comer, dormir, pasar tiempo con la familia. Las olas son mejores en el invierno, es más fuerte, más regular (…) Las Lofoten, es un gran patio de recreo para adultos ” .
Lisa Blom, sueca de 38 años. Foto: Olivier Morin / AFP
Ellen Holgersen, una veterinaria apasionada por el surf que vive en el archipiélago noruego de las islas Lofoten. Foto: Olivier Morin / AFP