Pablo Cisneros (derecha), médico del Deportivo Quito, es una de las personas impagas en la institución azulgrana. El galeno apela para que alguna organización los defienda. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
¿Y ahora qué será de hacer?, le preguntó Marco Moreno, fisioterapeuta del Deportivo Quito, a Mario Galárraga, exjugador de la ‘AKD’. “Nadie se acuerda de nosotros y esto se está complicando cada vez más”, continuó.
Esa pregunta la hizo apoyando su brazo izquierdo en una de las columnas que sostiene la puerta de ingreso del complejo Ney Mancheno, en Carcelén.
Moreno está molesto por el atraso de sus salarios. La directiva le adeuda 18 meses. Él acababa de llegar a Quito después de acompañar al plantel de Reserva a Guayaquil. Viajó en bus.
Galárraga, que da la bienvenida a periodistas, hinchas y directivos todos los días, se limitó a mirarlo. “¿Qué le voy a decir, si todos estamos en la misma situación?”. Él ya no recuerda cuánto le adeudan, pero cree que ya son 24 meses los que no cobra. “Tenía anotado en una libreta, pero como me cambié de casa se me perdió”.
La charla se dio el pasado jueves, cerca de las 10:30, mientras esperaban la llegaba de los chullas procedentes de Guayaquil, donde el miércoles cayeron 2-0 frente a Emelec.
Moreno no quiso ahondar en el tema de salarios atrasados aduciendo que el encargado de hacerlo es Pablo Cisneros, jefe del departamento médico. Pero mencionó que si no fuera por los “dos o tres chequeos particulares” que tiene en su consultorio ya habría abandonado al equipo.
Cisneros, que también suma 18 meses sin recibir su sueldo, está preocupado por la situación del cuerpo médico, integrado por cinco personas. “Me preguntan qué va a pasar y yo no sé qué responder”.
Esa revelación la hizo un día antes mientras observaba a los pedalistas que actuaron en los Juegos Prejuveniles de Ciclismo. La competencia fue en el parque Bicentenario y Cisneros estuvo allí desde las 11:00. Antes acudió al Ministerio del Deporte, donde labora.
Esa fue una de las razones por las que no viajó a Guayaquil para asistir al equipo. En su lugar fue Wilson Váscones.
Tras la demora en el pago de los salarios, Cisneros prioriza su trabajo en el sector público, pues es de allí de donde obtiene los ingresos para mantener a su familia. “De otro modo sería imposible vivir así”.
El médico tilda de crítica la situación por la que atraviesa el plantel chulla y el fútbol ecuatoriano, en general. Dice eso por la crisis económica y por la falta de solidaridad de la Agremiación de Futbolistas Ecuatorianos (AFE). “Ellos pelearon por sus derechos, pero nosotros quedamos fuera”.
Y es que dentro de los acuerdos a los que llegaron la AFE con la Federación Ecuatoriana de Fútbol no mencionaron a los integrantes del cuerpo médico y personal administrativo.
Aquello le sorprende al doctor Wilson Váscones, otro damnificado. “Por algo esto se llama equipo. Se me hace difícil pensar que el cuerpo médico esté aislado del cuerpo técnico y del plantel de jugadores”.
Cisneros ha sobrellevado el tema de la crisis con los ingresos que recibe por su trabajo en el Ministerio. Lo mismo sucede con Váscones, quien trabaja en un hospital público y que realiza consultas externas. Pero este último aclara que a pesar de esos ingresos “ha quedado mal en varias instituciones financieras”.
A
Váscones le adeudan el mismo número de meses que a sus compañeros. De este año solo han recibido el sueldo de enero, febrero y marzo.
Por esa razón es que el año pasado acudió al Ministerio Laboral. Allí le dijeron que como labora en calidad de prestación de servicios debe acudir a una Cámara de Medición para exigir los pagos. Allí le mencionaron que le cobrarían el 10% y que no le aseguraban el cobro de la deuda. Es por eso que sacó de su mente la idea de poner una demanda.
L
os médicos del Deportivo Quito esperaran a la nueva directiva para poder solucionar sus problemas económicos.