Esteban Paz (con gafas) junto a su padre Rodrigo en una visita a la plantilla de Liga en Pomasqui. Foto: cortesía de Liga
Una sensación agradable y liberadora recorrió el cuerpo de Esteban Paz en aquella jornada del 5 de agosto, cuando vio a los jugadores de Liga calentar sobre el verde césped del estadio albo. Ese día, la ‘U’ jugó un partido ‘simulacro’ con Independiente del Valle.
El dirigente albo no acudió al estadio. Optó por quedarse en casa junto a su padre Rodrigo Paz y mirar el partido. “Cuando veía los preparativos del juego, entendí que el regreso del fútbol, algo por lo que tanto habíamos luchado, estaba cerca. Fue una sensación de descompresión, luego de tantos días difíciles”, se sincera Paz. Ese día, Liga venció 4-2 a los rayados y este 16 de agosto del 2020 salta a la cancha, esta vez para un partido oficial: desde las 16:00 se enfrenta con Olmedo en Riobamba, por la fecha cinco.
Pero, para llegar a este momento de reanudación del torneo, pasaron muchas cosas. Paz cuenta que en los cinco meses de paralización hubo estrés y horas de insomnio. La principal preocupación era ¿cómo conseguir recursos?
El sistema bancario estaba cerrado para nuevas operaciones. El dirigente junto a Isaac Álvarez, de la Comisión Financiera, mantuvieron reuniones para renegociar los montos de las deudas. Aún así la proyección de pérdidas de este año superará los USD 4 millones.
Había una esperanza de capitalizarse: vender al menos a un jugador. Pero solo llegaron sondeos por Franklin Guerra, Rodrigo Aguirre y Jhojan Julio. Además, había que hablar con los auspiciantes: Liga retuvo a la mayoría, pero las firmas también sufrieron la crisis económicas y hubo una suspensión de los pagos.
Por ello, según Paz, se llegó a un acuerdo inicial con los jugadores para retener, entre el 10 al 50% de sus ingresos, en los meses de marzo, abril y mayo. Luego, en julio, el directivo y su padre visitaron a los futbolistas en el complejo de Pomasqui para explicarles la situación económica y proponerles un modelo: pago del 50% del sueldo, recorte del 25% y un 25% de retención que entrará en un fondo para ser pagado junto a los saldos de marzo hasta mayo. Ya hubo acuerdo.
Danny Walker (camisa celeste) y Andrés Báez (mascarilla amarilla) con el Ministro de Salud y la Secretaria del Deporte. Foto: @DeporteEc
Andrés Báez, gerente de Aucas, cuenta que lo más difícil es “entender las necesidades de todos”. Pese a los buenos sueldos de los futbolistas, muchos viven al día y la idea de un recorte salarial, que en el caso del club oriental estuvo en el rango del 20 al 25% no fue asimilada inicialmente con beneplácito. “Por suerte, el grupo pudo entender la crisis y todos estamos en la misma dirección”.
El dirigente Danny Walker y Báez mantuvieron reuniones individuales con los futbolistas para recortar los ingresos. Los días y noches del gerente pasaban entre escenarios de recorte y cifras: “rescindimos contrato con 13 futbolistas, suspendimos algunos proyectos de mejoramiento de infraestructura, renegociamos con nuestros proveedores. Con todo eso pudimos generar un ahorro y trajimos cuatro futbolistas para reforzar la plantilla y mantener nuestra idea de buscar las copas”.
Carlos Alfaro Moreno (izq., abajo) con el DT Fabián Bustos (camiseta roja) y un grupo de dirigentes de Barcelona. Foto: cortesía de Barcelona
Santiago Cattani, presidente de U. Católica, reconoce que la crisis ha sido dura y estresante para la dirigencia. La falta de pagos de la TV (solo cancelaron hasta abril) privó a los clubes de tener un flujo mensual de dinero. La situación obligaba a ser pragmáticos: por ello, Jonathan Betancourt, que era suplente pero tenía un sueldo alto, salió del equipo y fue prestado al Querétaro de México.
Barcelona tiene un déficit de USD 51,6 millones y la pandemia agravó la crisis. Su presidente, Carlos Alfaro Moreno, reconoce que hubo días de incertidumbre y angustia. Los sueldos de la plantilla se redujeron. El club precisa mantenerse en la Copa y pelear por el título para financiarse.