La mayoría de los alumnos pertenece a la etnia shuar y acumula éxitos
Los hermanos Emanuel y Álex Saant, Leonel y Eddy Kunchikiai se destacan entre los judocas de la parroquia Sevilla Don Bosco, en Morona Santiago. Ellos conforman una escuela de judo de más de 20 alumnos, en su mayoría de la etnia shuar, quienes son dirigidos por Solanya Vera.
Ella es la fundadora de la escuela, cuya idea de dar la oportunidad de sobresalir a niños, adolescentes y jóvenes, a través del deporte, nació hace 10 años. La parroquia está ubicada a unos seis kilómetros del parque central de la ciudad de Macas, que en carro se demora entre 20 y 25 minutos.
Durante esta década, los resultados han sido gratos. El 2017, por ejemplo, Leonel Kunchikiai fue convocado a la selección nacional y alcanzó una medalla de plata en el Sudamericano de Judo, categoría Cadetes, que se realizó en Cuenca. Tiene otros éxitos internacionales y es un judoca del alto rendimiento.
María Antun Sando fue campeona de Juegos Nacionales de Menores del 2016 y medalla de bronce en el torneo nacional 2017. Terminó primera en el ranking nacional Sub 15. Mientras Sebastián Anatoa, el año pasado, fue tercero en el ranking nacional Sub 13.
Por decisión de sus padres, Dayana Maza y Jenny Wizum dejaron los entrenamientos en su mejor momento deportivo. La primera fue medallista de bronce sudamericana y la segunda ganó oro en los Juegos Nacionales de Menores 2015. A ese grupo se suma Silvana Ayuy, la judoca más técnica del 2014 y medallista internacional.
Otros alumnos que se destacan son los hermanos Emanuel y Álex Saant, quienes alcanzaron al podio el año pasado. El primero obtuvo medalla de bronce en el Sudamericano Cadetes, efectuado en Cuenca; el segundo ganó bronce el Sudamericano Sub 13 de Perú.
Según Vera, los hermanos Sant quedaron huérfanos de padre hace seis años y son criados por su madre. Ellos sueñan con sobresalir en el deporte para poder ayudar con el sustento del hogar. La mayoría de los deportistas es de escasos recursos económicos.
La escuela ‘recluta’ a alumnos de 8 a 16 años, quienes se entrenan de 14:00 a 18:30, de lunes a viernes; también lo hacen los sábados por la mañana. La Junta Parroquial de Sevilla Don Bosco, liderada por Gonzalo Nawech, brinda un espacio de 15 metros de largo por seis metros de ancho para las prácticas de los talentos.
Debido a los buenos resultados, la Junta Parroquial y la Federación Deportiva de Morona Santiago tienen previsto fortalecer el trabajo de la escuela de judo con la ampliación de sus instalaciones. Por lo pronto se están ejecutando obras para la dotación de dos baterías sanitarias.
La escuela de judo de Sevilla Don Bosco aporta constantemente a las selecciones provinciales y nacionales. Por ejemplo, en Juegos Nacionales han competido por Morona Santiago deportistas como Samantha Petsain, Solange mera, María Antun, Martina Wizum Noe Tzamareninia, entre otros.
Detrás de ellos están judocas de las categorías infantiles y cadetes como Alvino Utitiaj, Kevin Yakun, Jhony Shacaimia, Doren Antun, entre los más destacados. Cada uno promociona las bondades de la escuela y de esa manera se suman hermanos, primos, parientes, vecinos, amigos, compañeros de escuela…
La entrenadora cuenta que, cada año, los mejores judocas pasan a la selección de Morona Santiago. La Federación Deportiva Provincial cubre los gastos de transporte para que los deportistas puedan trasladarse a Macas.
Los alumnos llegan de diferentes comunidades como Palmeras y Padre Luis Carolo. También lo hacen del barrio La Ermita, desde donde los niños caminan cerca de dos kilómetros hasta el gimnasio.
Vera destaca la fuerza de voluntad de sus dirigidos. “Yo digo a mis alumnos que el shuar es guerrero de nacimiento y por eso se destacan en los deportes de combate”. Ella espera que, cada vez, tengan mayores facilidades e implementación para entrenar.
Por ejemplo, las colchonetas en la que practican están deterioradas. Ella estima que el costo de un nuevo tatami supera los USD 20 000 y la Federación Deportiva de Morona Santiago no tiene esos recursos. Ella es parte del cuerpo de entrenadores de la entidad.
A su criterio, hace falta apoyo de las entidades públicas y privadas. “Gracias al deporte los niños y jóvenes pueden dejar atrás los malos hábitos”.