El dedo índice apuntando al cielo señala el camino. Sencillamente, para Sebastian Vettel todo sigue hacia arriba: con cuatro mundiales en su palmarés, no se vislumbra el final de su dominio en la Fórmula 1.
Sin embargo, al alemán aún le falta algo para llegar al estatus de héroe. Con una sorprendente madurez impropia de un piloto de 26 años, Vettel sigue acumulando títulos y récords en la máxima competición del motor.
“Sebastian está ya cerca de la perfección”, admitió hace poco su “eterno rival”, el español Fernando Alonso. El jefe de Red Bull, Christian Horner, describe al cuádruple campeón como un piloto modelo, un ejemplo para el equipo.
“Se exige a sí mismo la máxima concentración, es siempre sincero y reconoce todos los errores que comete. Trabaja extraordinariamente duro y sabe con exactitud en qué puntos tiene que mejorar”, dijo entusiasmado el británico en los días previos al Gran Premio de India, donde Vettel certificó ayer su cuarto título.
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El alemán ganó casi un tercio de los 117 grandes premios que disputó, en los que partió 43 veces desde la ‘pole position’ y en los que quebró numerosos récords de precocidad. Sin errores, sin florituras e incluso abucheado en un par de ocasiones: así fue una nueva temporada de dominio ‘vetteliano’.
La carrera de Malasia, a comienzos de año, mostró una faceta del campeón que muchos no conocían. Con una violenta y arriesgada decisión, ignoró las órdenes de equipo y le ‘robó’ el triunfo a su compañero en Red Bull, el australiano Mark Webber.
El comportamiento de Vettel en el Premio malayo no fue del agrado de todos. Últimamente hubo abucheos y silbidos de los aficionados en su contra. Algunos le echan en cara cierta arrogancia y los más críticos consideran su seña de identidad -el dedo índice hacia el cielo- como pueril y soberbia.
Vettel aún no encontró una respuesta a ello, pero quizá exista una contestación. Al alemán no le interesa lo que ocurra fuera del asfalto. Él se concentra solo en las carreras. Entre los Grandes Premios, el fan de The Beatles pasa muchas horas en el simulador o desaparece en su casa de campo de Suiza.
Sin Twitter ni Facebook. “No es sano reflexionar sobre uno mismo. Por ello intento simplemente hacer mi trabajo”, dijo Vettel en Japón. Pero, ¿es ello suficiente? ¿No debería también un cuádruple campeón mundial dedicar algo de tiempo a cultivar su personalidad fuera de los circuitos con el fin de alcanzar el estatus de héroe?
Las analogías con otros pilotos históricos
Vettel igualó ayer los cuatro títulos del francés Alain Prost y se quedó a uno del argentino Juan Manuel Fangio. Las comparaciones con esos dos pilotos y con su compatriota Michael Schumacher ya son objeto de debates por los expertos de este deporte. Pero hay una diferencia entre los otros tres campeones y Vettel: su personalidad. Fangio, Prost y Schumacher eran como autoridades dentro del paddock.
El papel de Vettel, en cambio, es más bien el de un chiquillo cuyo ascenso de niño prodigio a acaparador de récords se vio fomentado ante todo por un ambicioso fabricante de bebidas energizantes. Por ello, también les resulta difícil a tipos duros como el español Fernando Alonso o el británico Lewis Hamilton aceptar la posición del joven alemán.
El coche fue lo que llevó a Vettel a los títulos, aseguran algunos de sus rivales. Debería probar en otro equipo para demostrar su valía, opinan otros. Pero esos pensamientos no perturban a Vettel, una persona para la que el respeto es importante.
La carrera en India
El alemán, que salió desde la ‘pole position’, dominó la carrera de principio a fin, ganando el 36º Gran Premio de su carrera en la Fórmula 1, 10 de ellos esta temporada y el sexto de forma consecutiva, tras iniciar la espectacular serie victoriosa en Spa (Bélgica), a finales de agosto.
“Estoy emocionado, no sé qué decir… es uno de los mejores días de mi vida, cuando era un niño competir en Fórmula 1 era un sueño lejano. Tengo muchas personas a las que darles las gracias porque, desde que estaba en el karting, les escuché ” , declaró el campeón, después de subir al podio.
El último rival del alemán, el español Fernando Alonso (Ferrari), terminó en undécimo. A tres carreras para el final del campeonato (Abu Dhabi, EE.UU. y Brasil), Vettel tiene 115 puntos sobre el asturiano, una diferencia insalvable.
Festejos en su ciudad
Cerca de 3 500 personas celebraron en Heppenheim (Alemania) el cuarto título de Fórmula 1 de su vecino más ilustre, Vettel.
“La gente tiene ahora una razón para beber “, dijo Vettel en los micrófonos de RTL a los aficionados alemanes, tras su décima victoria de la temporada.
“El ambiente es genial. Vettel se ha mostrado tan dominador como de costumbre”, declaró Álex Moller, presidente del primer club de fans de Vettel, añadiendo que en la fiesta había aficionados de toda Alemania y también de otros países, especialmente de Suiza.
Vettel podrá ir a ‘Vettelheim’, sobrenombre que recibe la ciudad de Heppenheim -a unos 50 kilómetros al norte de Fráncfort-, al final de la temporada y se encontrará con sus fans.
En el 2011 celebró su segundo título mundial llegando a la Plaza de Europa, punto central de la ciudad de 26 000 habitantes, al volante de su monoplaza Kinky Kylie (Kilie la pícara), mientras era ovacionado con aplausos y gritos por sus amigos y ciudadanos.
Las felicitaciones
“¡Una afectuosa felicitación!”, escribió el heptacampeón de Fórmula 1 en su web, Michael Schumacher. “Fue una actuación inmensa de él y de su equipo”, añadió en la nota Schumacher.
“Fue un año genial y se mereció sobradamente el cuarto título”, elogió Schumacher al considerado como su heredero en Alemania.
El piloto español Fernando Alonso (Ferrari) también felicitó al alemán de Red Bull, Sebastián Vettel, por su cuarto título mundial de Fórmula 1 y aseguró que “en el deporte solo uno puede ganar, normalmente el que mejor lo hace, y este año ha sido Vettel”.
“Hay que felicitarlo y nosotros tenemos que pensar ya en el año que viene, en el que estaremos, seguro, luchando por el título”, afirmó Alonso tras el GP de la India.