Ciudades sin atascos y menos contaminadas por las que solo circulen automóviles sin piloto que se conducen a sí mismos: para muchos suena a ciencia ficción, pero para el mexicano Raúl Rojas, creador de uno de los coches autónomos más famosos del mundo, es una realidad que solo tardará 50 años en imponerse.
“La tecnología ya está lista. Los vehículos autónomos podrían imponerse hoy por decreto. Ahora el problema es la transición desde el modelo actual”, explica en una entrevista con la agencia DPA en la Universidad Libre de Berlín (FU), donde como profesor de informática llevó adelante sus proyectos pioneros en todo el mundo.
Para el experto en inteligencia artificial y redes neuronales artificiales, nacido en México en 1955, un vehículo autónomo es “un taxi en el que el taxista es una computadora”. Basta con llamarlo, indicarle el destino y abandonarlo al llegar para el próximo cliente. Así se puede cubrir una ciudad sin vehículos privados.
Su auto MadeInGermany se ubica en la ciudad por GPS y reacciona al entorno por medio de cámaras y sensores. Ya fue probado con éxito en diversas ciudades como Berlín y México. Según el proyecto Autonomos Labs de la FU, el automóvil demostró que “conduce mejor que los humanos”. “Es algo que va a suceder. Talvez en 50 años”, dice.
“Ahora hay que bajar el costo e ir generando aceptación social, que es muy importante. Además, la industria automotriz no tiene mucho interés en reducir el volumen de autos”. El mexicano considera que las muchas pruebas de conducción superadas por MadeInGermany lo convierten en el modelo más conocido de Europa por delante de otros similares en Francia o Italia.
La referencia sigue siendo el fabricado por Google en Estados Unidos. “El nuestro hace lo mismo, pero es más barato”, se jacta Rojas. El automotor autónomo no es el primer éxito de su laboratorio. Rojas también logró en el 2011 que un estudiante condujera un automóvil… con el pensamiento.
Una computadora leyó correctamente las ondas cerebrales del piloto a través de sensores e interpretó sus instrucciones. “Lo hicimos para mostrar que se podía. En rigor, no tiene sentido, porque los coches se manejan mejor a sí mismos. Pero sí podría aplicarse en sillas de ruedas o prótesis”, explica.
El reconocimiento mediático internacional llegó al matemático Raúl Rojas cuando sus robots (los FU Fighters) ganaron el Campeonato Mundial de fútbol para robots en el 2004 y el 2005.
La pasión por los robots, sin embargo, no impide a Rojas admirar la máquina más compleja jamás creada: el ser humano. Más bien lo contrario. “Es posible que las computadoras superen a los humanos en muchas actividades, pero es muy difícil que alguna vez puedan reconocer caras o identificar y manipular objetos”, reconoce.
Fuente: DPA