El paraguayo Juan Samudio, luego de marcar el gol que permitió la victoria de Barcelona sobre Espoli (1-0), corrió inmediatamente para dedicar el tanto al atacante Juan Anangonó, quien lo reemplazó como titular en este cotejo.
Ese gesto conmovió a los 12 000 hinchas canarios que coparon el estadio Los Tsáchilas, de Santo Domingo, que aplaudieron la actitud del ariete guaraní y pidieron su ingreso.
Samudio vivía un bajón futbolístico. Fue reemplazado en las cuatro últimas fechas por su bajo desempeño sin marcar goles. Pero ayer, entró a la cancha para dar la alegría a su hinchada y permitir al club canario adueñarse del primer lugar de la tabla.
Durante la semana, el técnico Juan Manuel Llop ya advirtió que Anangonó sería el titular porque Samudio no trascendía con su juego, hasta ahora.
En el minuto 81, el lateral zurdo Giovanny Nazareno desbordó por la izquierda para habilitar al delantero guaraní, quien definió a un costado del arco del buen golero Adrián Bone. Luego, se golpeó con el puño derecho el pecho, a la altura del corazón, mientras con el brazo izquierdo señalaba al público, antes de fundirse en un abrazo con Anangonó.
Barcelona debió batallar para imponerse a un equipo ordenado tácticamente. Espoli jugó con un sistema similar al de los canarios, con un delantero en punta, dos enganches por los costados y dos volantes de contención.
Estos últimos, Matías Oyola y Fernando Hidalgo, en los visitantes, Darío Bone y Kenner Arce, en los policiales, se destacaron durante la primera etapa por su recuperación.
En el inicio, fue un partido carente de emociones por la férrea marca que impusieron ambos elencos. Sin embargo, la fiesta en las gradas seguía encendida con la clásica ola. Lo más cerca que estuvieron del arco contrario fue en un tiro de Carlos Quillupangui que rozó el horizontal del meta Máximo Banguera ( 7’), y un tiro que remató desviado en el área chica Fernando Hidalgo (36’).
Con este mismo ritmo se inició la segunda etapa, pero la historia del cotejo cambió a raíz de la expulsión de Arce, con doble tarjeta amarilla, en el minuto 61.
Así, mientras el ecuatoriano Carlos Calderón ordenó el ingreso de un volante mixto (de marca y proyección) como Paolo Velasteguí, el argentino Llop se arriesgaba metiendo a Luis Miguel Garcés y a Samudio.
Barcelona se adueñó de la pelota y adelantó sus líneas en busca del triunfo. Y aunque la conquista nació con ese desborde de Nazareno, en la cancha se evidenció una vez más un equipo que repetía constantemente su fórmula de ataque por los costados, algo que Calderón descifró y controló.
El club porteño (pero que se entrena en Quito para aclimatarse a la altitud de la Sierra) no tiene un volante que cree acciones de peligro por el centro, que hilvane jugadas. Tampoco uno que ponga la pausa y organice la ofensiva. En determinados momentos, ‘chucho’ Bolaños asumió ese rol.
La ventaja en el marcador permitió a los toreros encarar los minutos finales con mayor soltura. Samudio, en cambio, recuperó su poder goleador y estuvo a punto de aumentar la cuenta en un remate que salió junto al vertical de Bone. El meta también se merece una mención especial, porque evitó que la victoria se transformara en una goleada.
Al final, Barcelona cosechó una victoria que le permite superar a Liga de Quito en puntaje (16 contra 15) para reasumir el liderato. Además, recuperó a un futbolista que en la pretemporada marcó diferencia con sus goles.
Una de sus víctimas fue justamente Espoli, equipo al que venció también 1-0 en la presentación del equipo en ese mismo escenario, el 25 de enero.
El tanto lo marcó Samudio, de penal, para la alegría de sus hinchas, que ayer volvieron a vibrar con este triunfo.
En la próxima fecha, Barcelona se medirá con Manta en el estadio Banco Pichincha. Espoli, en cambio, chocará con Deportivo Cuenca en Azuay.