Entrevista A Ronald de Jesús volante imbabureño del Aucas. Foto: EL COMERCIO
Desde su experiencia, ¿el futbolista ecuatoriano está madurando tarde?
Sí. Se madura muy tarde, pasa por el trabajo en las inferiores de los equipos. Hay poco interés de los directivos para contratar gente de experiencia, que manejen las divisiones menores. Uno no toma muy en serio (la profesión) hasta llegar al plantel de la Primera Categoría. Ahí ya es otra realidad. Recién ahí es como que uno quiere enchufarse.
¿Cuál ha sido la etapa más difícil en su carrera?
Mi paso por Deportivo Quito. Ahí realice todas las inferiores hasta llegar a la mayor, pero la lesión que tuve me trajo años complicados. Gracias a Dios, mi fuerza de carácter y la madurez me han permitido entender lo que necesita mi cuerpo para tratar de resurgir nuevamente como futbolista.
¿Cree que ha logrado una mentalidad fuerte?
Sí, y por ello agradezco a Dios, hoy tengo un cuerpo sano. Es clave no sufrir lesiones y entrenarse a diario normalmente. Luego uno debe madurar por la familia. La necesidad que uno ve en el hogar, los hijos. Uno se llena de valentía y no tira la toalla sino que sale cada vez más fuerte de casa.
¿Hay futbolistas que maduran y crecen en la cancha y en las calles?
Sí, eso es por partes. La calle te enseña cosas. Hay muchas realidades. Hasta cuando se trabaja y se gana el básico, eso enseña muchas realidades. Después, en el campo de juego es otra realidad. En los equipos de Primera hay muchas comodidades. Pero afuera, otra es la realidad. Esta profesión es envidiable y debemos aprovechar al máximo todas las circunstancias.
¿Cuántas veces sintió necesidades en esa etapa de formación?
En realidad fueron muchos años, por el poco interés de los clubes en las inferiores. No teníamos canchas ni un buen entrenador, uno sufría. A veces, los clubes solo buscan la parte física. Los jugadores necesitamos otra cosa. Yo digo que el físico, los jugadores ecuatorianos ya lo tenemos. Nos falta más técnica, más orden, ser más concentrado. Pero eso tiene que trabajarse desde abajo, para que sea más fácil para el entrenador de primera.
¿Cuánto ha influido el DT Paúl Vélez en su proceso de maduración?
El ‘profe’ Paúl ha estado en algunas etapas de mi vida. Primero en Técnico Universitario y no se logró nada. Nos encontramos en Macará desde la Serie B (2016). Fueron etapas muy bonitas. Es un técnico que enseña mucho. Es como un padre en la cancha, siempre quiere que la gente mejore. Eso ha servido mucho. Los tres años con él los aproveché al máximo.
¿Fueron años que usted se destacó con Macará?
Gracias a Dios yo estaba bien de salud y sin lesiones complicadas en este tiempo. Después, atrás del buen rendimiento han estado la familia y el cuidado personal.
¿El jugador joven del país no trabaja en el cuidado personal?
Creo que esa es la experiencia que se va ganando. El cuidado personal es fundamental para esta profesión. Conversando con los profesores del cuerpo técnico, analizábamos que en el campo un jugador se entrena el 30%; el 70% está fuera: alimentación, descanso, hacer algo extra afuera de la cancha siempre es clave para trata de fortalecerse. Si el joven analizara a temprana edad y más rápido eso creo que tuviéramos mejores futbolistas juveniles.
¿El futbolista ecuatoriano no tiene la cultura de ir al gimnasio?
Para ser real, somos muy conformistas con lo que llegamos a hacer y a tener. No se trata de venir a entrenarse y luego ir a descansar. Pasar todo el día viendo televisión. Los grandes futbolistas dan ‘pasos extras’. Salir del entrenamiento, seguir en el gimnasio fortaleciendo y trabajar en lo que falte, como patear de afuera, alimentarse bien. Es un sacrificio que te priva de muchas cosas.
¿Cómo se alimenta?
Ha cambiado, porque vivo solo (su familia está en Ambato). Pero ahora, el leer la Internet y enterarme de cosas, me ha permitido comer mucha fruta, pollo, pescado. Dejar el pan normal y preferir el pan integral y cosas así, que ayudan. Eso me sirve para estar bien y sin las lesiones peligrosas.
¿Tampoco el jugador de fútbol tiene una cultura o gusto por leer?
Esa es una verdad innegable. Lo que pasa es que el futbolista llega al equipo profesional y nos limitamos muchas cosas, no estudia , no lee, no se prepara intelectualmente. No busca actividades que le ayuden a crecer fuera del campo. El jugador debería seguir estudiando. Leer media hora para que la mente sea más abierta. Prepararse, conocer más. Saber que esta profesión es demasiado corta.
¿Dónde se ve usted en cinco años?
Soy sincero, no me he puesto analizar. A veces como que no siento la edad que tengo. Uno sí se pone a pensar: ‘qué será luego, cuando esto se termine’. Hay que aprovechar al máximo. No me gustaría ser DT. Uno quiere estar tranquilo junto a la familia.
Biografía.
Nació en Carchi, el 15 de marzo de 1986. Tiene 33 años. Empezó su carrera en Deportivo Quito. Allí hizo formativas entre el 2002, en la Sub 16,
y el 2008.
Trayectoria.
Pasó por El Nacional, Deportivo Azogues, Liga de Loja, Imbabura, Técnico Universitario, Macará y llegó al Aucas.