El torero limeño reapareció en su Lima natal con una rotunda actuación, dos orejas y puerta grande. Mañana vuelve a actuar en Lima, donde es base del cartel de la famosa Feria. del Señor de Los Milagros. Actuará con Castella y Morante de la Puebla. Foto: tomada del portal oficial de Roca Rey
El toreo tiene un número uno. Figura refulgente y de juventud asombrosa, Andrés Roca Rey pasea su autoridad por las plazas del mundo. Este año, vuelve a Latacunga con esa especial condición para mostrar su nombre en el cartel que abre una feria muy bien rematada.
El jueves 5 de diciembre a partir de las 15:30 harán el paseíllo José Antonio Morante de la Puebla, Andrés Roca Rey y José Andrés Marcillo, novillero ecuatoriano que tomará la alternativa de matador de toros en un cartel de lujo. Los toros a lidiarse son de la ganadería de Huagrahuasi.
Andrés Roca Rey nació en Lima el 23 de octubre de 1996. Acaba de cumplir 23 años, ya manda en el toreo y llena las plazas. Es referente de la taquilla por cuanto aquello que hace en el ruedo es de personalidad única. Y, ni más ni menos como todos los que han sido figuras del toreo, han despertado pasión en su momento y han superado aquel pánico escénico, como el de hacer el paseíllo junto a toreros que llevan empacado en sus vestidos de luces un capítulo entero de la tauromaquia contemporánea y que lo han escrito, ¡y de qué forma!
Tal es el caso de Roca Rey, con su padrino de alternativa Enrique Ponce, cerca de 30 años de maestro consagrado. O El Juli, dos décadas de mandón; o para poner un ejemplo que en breve nos será cercano, Morante de la Puebla, con el arte esencial que le exhuma por los poros.
Pues allí, con el capote de paseo liado entre los grandes, quien no se amilana y sale a romper con su tauromaquia fresca, tiene, qué duda cabe, talla de grande y va escribiendo su propia historia poco a poco.
Andrés Roca Rey, mirando hacia arriba a su hermano Fernando, matador de experiencia, también quiso como él, enfundarse en un traje de luces.
Ambos de familia ganadera llevan la afición por sus venas.
Así es como este Roca Rey, hoy convertido en figurón, hizo el paseíllo como becerrista en la Plaza Belmonte.
Tuvo una preparación profesional de la mano del maestro José Antonio Campuzano, quien le apodera. Debutó en España en el año 2013, donde viajó en su temprana juventud para dedicarse por entero al mundo del toro.
Andrés Roca Rey tomó la alternativa en la plaza francesa de Nimes el 19 de septiembre de 2015 con un cartel importante. El padrino fue el maestro Enrique Ponce, como quedó dicho, y el testigo el torero francés Juan Bautista.
Con la ‘hierba en la boca’, como se dice en el argot, llegó a América para empezar a conquistar las plazas más importantes como Cali, Bogotá, su natal Lima, y Ambato y Latacunga en Ecuador, donde triunfó sin atenuantes.
También en la Plaza Belmonte de Quito esta nueva figura hizo el paseíllo en dos ocasiones para festejos goyescos.
Una vez compareció en solitario y en otra comparecencia en terna con un cartel que esa temporada había sido triunfador en la mundialmente famosa Feria de San Isidro: Antonio Ferrera y Ginés Marín.
La campaña de este año tuvo puntos culminantes en muchas tardes pero su paso por el coso del Baratillo, la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, lo consagró en la capital hispalense como torero grande y figura contemporánea.
Como si ese palmarés no hubiese sido suficiente, Roca Rey llegó a Madrid con el cetro del toreo y ratificó allí su valor sin límite, su entrega y su condición de grande. La tremenda voltereta no le quitó el aliento; su paso por la enfermería en una feria teñida por la sangre derramada exaltó su gesta.
Al llegar a Pamplona con los estragos de la terrible voltereta de Madrid y como base del cartel navarro, el hombro le pasó factura y tuvo problemas a la hora de matar.
Los consejos de los galenos fueron sabios: parar la temporada para salvar el hombro y la carrera artística de Roca Rey.
Entonces las contratas en plazas de Francia y España pusieron en problemas a las empresas. La sustitución de Roca Rey no es cosa sencilla ya que pocos toreros hoy en día son taquilleros como él. Así, luego de su plena convalecencia llegó a Lima para ratificar su condición de figura. Dos orejas.
Otra oreja de peso en Guadalajara y mañana, segundo paseíllo en la ciudad de los virreyes.
Con estos pergaminos vuelve a Latacunga. Figura grande en una feria con tres grandes carteles y figuras.