Prólogo: ‘Más Richard Carapaz’. El carchense está en casa y aprovecha todo el tiempo que tiene para compartir con sus hijos, para visitar a sus padres y para trabajar por su escuela en sus ciudad. “Quiero que salgan muchos Richard Carapaz, chicos que sean mejor que yo”, dijo el ciclista de 24 años, que terminó en puesto 36 de la Vuelta a España.
Su año deportivo acabó con esa participación en que estuvo codo a codo con la élite mundial. En noviembre iniciará la pretemporada y en enero retornará a España para conocer su calendario del 2018.
Por estos días se entrena, pero no con la exigencia que imprime cuando está en competencia. Por eso, pedalear con él 5 km entre Julio Andrade, donde hoy vive, y El Carmelo, “su pueblo”, es un buen trecho para repasar su historia familiar.
Tiene 24 años. Se entrena en la vía entre Julio Andrade y El Carmelo. La gente le saluda y quienes van en auto, le pitan y sonríen. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO
Km 1: ‘Ordeñaba vacas’
“Aquí fue donde crecí. Mi abuelito vivía en frente del mirador. Veníamos con mi padre a visitarlo. Esta carretera me trae muchos recuerdos, aquí entrenaba desde joven, y hoy lo sigo haciendo cuando estoy en el país. Son 5 kilómetros muy duros, hago resistencia a la fuerza y trabajos específicos para seguir mejorando. Desde aquí uno puede deleitarse con un paisaje hermoso; en las madrugadas, cuando está despejado, se pueden mirar hasta cinco volcanes. La gente que vive aquí no valora lo que tiene, cuando se vive fuera, se extraña esta maravilla que tenemos”.
Ese paisaje andino tiene otros recuerdos. “De pequeño, ayudaba a mis padres. Cuidaba cuyes, llevaba pasto al ganado y ordeñaba vacas. No soy ajeno a las labores del campo, las conozco muy bien”.
Km 2: ‘Pensé que no volvería a caminar’
Pedro Rodríguez, cinco veces ganador de la Vuelta al Ecuador, y quien ha mirado el crecimiento de Carapaz, lo calificó como un batallador. “Si me toca definirme escogería la palabra ‘guerrero’. Me ha tocado vencer circunstancias extremas porque siempre estuvimos escasos de apoyo. Hace tres años me atropelló un auto; pensé que no volvería a caminar, que no volvería a montar en bicicleta. Gracias al apoyo de mi familia pude volver a subirme en una bicicleta, fue como volver a vivir. Me dije entonces, “a Richard Carapaz lo van a conocer y van a saber de lo que está hecho. Esa mentalidad me hizo llegar a donde estoy y voy a trabajar para ir mucho más lejos todavía”.
Pero no deja de reconocer que sí tiene miedo a caerse y no volver a subir en una bicicleta.
Km 3: ‘Tenía muy poca fe en mí’
Cuando Richard Carapaz tenía 15 años, Juan Carlos Rosero lo encontró e invitó a entrenarse con él. “Fue un amigo, le veía como un padre. Él me dio un consejo que hasta hoy lo tengo presente: ‘Richard, tienes que aprovechar las condiciones, tienes mucho talento y debes explotarlo. Hoy, no dimensionas tus condiciones, cuando hayas madurado sabrás de lo que puedes llegar a hacer’. Ahora estoy descubriendo esas cualidades. Yo desconfiaba de mis condiciones, tenía poca fe, pero en cada participación internacional fui comprobando de lo que era capaz. He realizado cosas que a muchos ciclistas de experiencia les cuesta años, yo lo hice en solo meses.
Por eso también es exigente consigo mismo. “Ser exigente es la clave para llegar al éxito”.
El deportista amplió su contrato con el Movistar Team hasta el 2019. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO
Km 4: ‘Soy del Carchi’
Richard Carapaz desborda orgullo carchense. “Me gusta el cuy, tengo dos ponchos y a todos lados por donde viajo, siempre llevo la canción que nos identifica, Soy del Carchi”.
Además, cuando está fuera del país, extraña el frío de Tulcán. “En la Vuelta a España, había etapas que corríamos a 40 grados, uno no sabe cómo contrarrestar el calor. Aquí, uno se pone algo y listo”.
Le gusta el reguetón, pero dice que no es buen bailarín y que no es supersticioso. “Por el contrario, con el número 13 me ha ido bien. He ganado varias competencias. Hay algunos compañeros que evitan ese número”.
Dice que le molesta las personas que no cumplen con su palabra y que en estos días de bonanza se alcanzó a dar un pequeño lujo, “me compré un ipad, lo necesito por mi trabajo”.
Km 5: ‘No quiero que olvide mi cara’
“Mi esposa, mis dos hijos y mis padres, ellos han sido mi motor. Cuando decidí ser ciclista profesional, mis padres respetaron la opción que escogí en lugar de los estudios”.
De su esposa, Tania, habla desde el corazón, con un brillo en los ojos y la sonrisa en los labios. “Es mi compañera desde hace nueve años, con quien he soñado en lograr metas y quien me ha ayudado a tomar decisiones. Es mi gran soporte”. Se conocieron cuando tenían 14 años y eran compañeros de colegio. “Le sonreí, fue el mejor regalo que le pude dar”.
Se casaron, hace dos años nació Richard Santiago y este año llegó Aymi Sofía. Este tiempo trata de estar el mayor tiempo con ellos, “especialmente con la pequeña, no quiero que olvide mi cara”. Quiere que lo mire como un super héroe.