Ricardo Dillon, entrenador del Mushuc Runa, mantiene contacto con sus jugadores a través de la plataforma Zoom. Foto: Tomda de Twitter
Un cálculo en el uréter provocó un dolor tan intenso que Ricardo Dillon terminó operado durante el confinamiento entre las últimas semanas de abril y las primeras de mayo.
El entrenador del Mushuc Runa de Ambato vive solo en Tungurahua. Pasó días difíciles porque le tocó enfrentar la enfermedad solo y terminó en el quirófano lejos de su familia.
El argentino, de 55 años, tuvo que ser intervenido de urgencia y no fue fácil llevar su recuperación. Tuvo que irse a vivir unos días con su asistente técnico, el chileno Iván Endre.
Con él convivió y debió tener cuidados en la alimentación y en el esfuerzo físico. Fueron días complicados porque la pandemia del coronavirus demandaba atención extrema.
“Mi familia iba a venir en abril, pero por la pandemia se cerraron los aeropuertos y ya no fue posible. Uno se vuelve valiente cuando tiene que afrontar este tipo de situaciones”, dijo el DT en una entrevista en Radio Ambato.
Endre se convirtió en su apoyo fundamental en los días de recuperación. El encierro no fue fácil. Las mañanas se distraía con los entrenamientos del equipo. Cuando ya podía caminar salía a comprar, pero las tardes eran pesadas para el DT. Alternaba los pasatiempos con series o películas.
Una de las alternativas que encontró para distraerse fue tocar la guitarra, un pasatiempo que lo relaja. Además, las videollamadas con sus hijos y su esposa desde Argentina se convirtieron en un envión anímico para el técnico.
El gusto por la música llevó a Dillon a participar en un videoclip junto a la banda argentina Oveja Negra. En las redes sociales del grupo (Facebook e Instagram) se puede ver al estratega con una guitarra en la mano y tocando en una cancha de fútbol. El corto video fue publicado en enero pasado y allí, Dillon, demostró sus cualidades de artista.
Sus asistentes se volvieron su familia en Ambato. El cuerpo técnico está integrado por su asistente Endre, el preparador físico Fabián Venegas, los dos chilenos y el entrenador de arqueros ecuatoriano, George Zamora.
Su trabajo ha sido minucioso. Han tenido que hacer seguimiento a los futbolistas que salieron de Ambato. Uno de los integrantes del club viajó a Guayaquil, tres a Quito, uno a Riobamba y el resto de la plantilla se quedó en Ambato.
Junto a Venegas se programaron entrenamientos físicos a través de la plataforma Zoom. También el cuerpo médico hizo un riguroso seguimiento de los trabajos que realizaron los miembros de la plantilla.
Renato Salas, el gerente del club, ha sido uno de los encargados de vigilar que todo el equipo tenga las comodidades necesarias. En los últimos días, Salas y Dillon coordinaron la realización de las pruebas para covid-19 , el paso previo para el retorno a los entrenamientos, que se iniciarán desde este miércoles.
Karina Chango, dirigente del club, elogió la responsabilidad de Dillon y de sus asistentes porque decidieron quedarse en el país, a pesar de las circunstancias adversas que se vivieron en la cuarentena.
Los extranjeros del club y el cuerpo técnico decidieron quedarse, aprovechar el tiempo y evaluar de cerca el trabajo de los jugadores.
Aunque los resultados en un principio pusieron en duda la continuidad del entrenador, un triunfo ante Macará en la quinta fecha del campeonato dio un respiro a Dillon.
El argentino, que logró el ascenso el año pasado con el Olmedo de Riobamba, encontró en Ambato su nueva casa.
También pasó a ser parte del ‘staff’ de instructores del Curso de Formación Abierta para el Entrenamiento Deportivo y Dirección Técnica de Fútbol.
En este centro de capacitación deportiva de Alto Rendimiento dicta clases mensuales semipresenciales y a distancia vía online. Allí imparte táctica, estrategia y ‘coaching’.
Dillon y el presidente del club, Luis Alfonso Chango, también mantienen diálogos permanentes para preparar la planificación semanal.
El proyecto es apuntalar las divisiones formativas y dar espacio a jugadores indígenas de las comunidades.