Un buen mantenimiento influye positivamente en la vida útil.
Por lo general resulta difícil saber cuándo es el momento indicado para pensar en cambiar de vehículo, más aun cuando se tiene uno que se adquirió nuevo, se le ha dado un buen mantenimiento y no presenta problemas.
No obstante, algunos indicadores como la antigüedad del auto, el kilometraje recorrido, las finanzas personales y hasta la situación del mercado son factores que influyen en la decisión de renovarlo o de quedarse con el mismo.
En condiciones ideales, cuatro o cinco años es un buen tiempo para conservar un vehículo, pues si bien en ese lapso habrá sufrido depreciación, aún conservará un valor que será una buena base para la compra de otro nuevo.
Respecto del recorrido, para el potencial comprador de un auto usado siempre será más atractivo hacerse de un vehículo con menos de 100 000 km en el odómetro. Aunque está comprobado que algunos componentes necesitan ser reemplazados a partir de ese kilometraje debido al desgaste inherente al uso (embrague, amortiguadores, bombas, etc.), cualquier auto aún ofrece una larga vida útil.
Las averías recurrentes son una señal de que es hora de renovar.
No es conveniente esperar a que el vehículo presente averías constantes que, además del costo que implican, obligan a dejarlo días enteros en el taller.
Otro factor muy importante a considerar es el costo de un auto nuevo. El usuario debe analizar detenidamente si está dispuesto a pagar en ese momento una diferencia de precio que puede ser considerable entre el modelo que vende y el que pretende adquirir, o si tiene la capacidad de endeudamiento necesaria durante el plazo que escoja.
La idea de renovar el auto casi siempre es buena, pero las condiciones podrían no ser las mejores y el momento poco oportuno.
La situación del mercado también merece ser tomada en cuenta. Los cupos a las importaciones de autos hacen que la disponibilidad de ciertos modelos sea escasa o nula. Ante la imposibilidad de comprar el ejemplar que quieren y para satisfacer la necesidad, hay quienes van por un plan b y adquieren un auto sin mucho convencimiento.
Más temprano que tarde, una decisión así puede convertirse en una gran decepción.