René Higuita y Carlos Ernesto Berrueta. Fotos: Archivo EL COMERCIO
Aucas, el tradicional equipo ecuatoriano que en la era profesional no ha sido campeón, se ha dado el gusto de contratar a jugadores que marcaron época en el país y en extranjero.
Carlos Ernesto Berrueta y René Higuita son dos claros ejemplos. El charrúa de melena rubia, quien mandaba en todo el mediocampo, llegó en 1987 con una hoja de vida que incluía selecciones nacionales y clubes profesionales como los uruguayos Danubio, Nacional, y el argentino River Plate donde jugó pocos partidos.
A finales de la década del 80’, Berrueta fue el ‘crack’ que lideró a los orientales hasta que pasó a Liga de Quito, en 1990, donde logró el título de ese año. Con los albos jugó hasta 1994.
En Aucas aún atesoran el paso del ‘Gringo’, quien pateaba con una potencia pocas veces vista en el fútbol nacional. Además, era un líder dentro del campo de juego, que quitaba balones y colocaba pases precisos.
Otro jugador que demostró liderazgo y que fue un imán para la taquilla fue el colombiano René Higuita. El temerario guardameta, recordado por salir del arco y avanzar con el balón por toda la cancha, fue parte del añorado equipo del 2004 que hizo ilusionar a los hinchas con la posibilidad de conseguir el campeonato.
Jaime Pérez, entonces gerente del club, recordó que Higuita aceptó la propuesta sin pensarlo mucho. “Más se demoró Luis Fernando Suárez en proponerle venir al club, que Higuita en aceptar”, dijo el aficionado.
En el debut del golero colombiano, ante el Deportivo Cuenca, acudieron miles de aficionados. “Con el Cuenca nunca habíamos tenido más de 4 000 hinchas, pero ese día llegaron 15 000”, recordó el exdirectivo.
“Tuve una gran relación con él. Incluso vivió en mi casa unos 15 días, cuando llegó. Lo conocí, era una gran persona, de pocas palabras, sencillo, y de una gran calidad humana. Llegó de tal forma a sus compañeros que, cuando se despidió de ellos, observé más de una lágrima. Nos causó una gran tristeza cuando se fue”, contó Pérez.
Higuita dio positivo en la muestra del partido entre Aucas y Olmedo, realizado en octubre del 2004. Su orina tenía rastros de cocaína.
Esa noticia fue un baldazo de agua fría. El guardameta que realizó la temeraria jugada del ‘escorpión’, el colombiano que otorgaba autógrafos a todos quienes se le solicitaban, se convirtió en líder del equipo que ese año ganó la primera etapa del torneo. En aquella temporada, Aucas estuvo cerca de conseguir el título pero no ocurrió.
“Siempre será un atractivo tener a un jugador mundialista, como en este caso Sebastián Abreu. Pero recuerde cuando trajimos a Higuita, él fue una figura emblemática. Estos jugadores son atractivos para el aficionado y además pueden llegar a motivar a sus compañeros”, dijo Milton Gavilánez, hincha auquista de 68 años, quien siempre acompaña al ‘Ídolo del Pueblo’.