Una vara alta para Rueda

La discusión sobre la continuidad o la culminación del contrato de Reinaldo Rueda con la Ecuafútbol en verdad oculta un problema: la ausencia de un proceso revolucionario que remueva la estructura del fútbol ecuatoriano.

En 50 partidos al frente de la Selección (19 victorias, 17 empates y 14 derrotas), Rueda hizo un camino que término con la tercera calificación del país a un Mundial.

Con el entrenador surgió Énner Valencia y se consolidaron Alexander Domínguez y Frickson Erazo, entre otros jugadores. El técnico clasificó a Ecuador a Brasil y consolidó a los talentos como Enner -sobre los cuales se pueden cimentar los nuevos procesos - pero quedó en deuda.

Por qué? En el 2006, Luis Fernando Suárez y su grupo de seleccionados dejaron la vara alta con la clasificación de la Tri a los octavos de final del Mundial de ese año.

En defensa de Rueda surgen la falta de numerosos jugadores en similares condiciones para conformar una plantilla de al menos 23 jugadores para afrontar un Mundial.

En Brasil, el DT hizo jugar a 15 de los 23 convocados que, la mayoría de ellos por su edad, están en condiciones de iniciar un nuevo camino.

Sobre ellos se puede construir una camino a Rusia 2018, pero sería una ruta incompleta. El fútbol ecuatoriano no forma a talentos de élite y sufre para encontrar jugadores en determinados puestos como el lateral zurdo (Walter Ayoví, habitual mediocampista cumple esa función en la Selección).

La falta de ingresos golpea a los clubes ecuatorianos que, con apuros, apenas pueden sostener los sueldos de la plantilla de Primera y, por esto, no hay gestión en las juveniles.

Con los talentos como Énner Valencia y Domínguez es posible iniciar el camino a Rusia 2018, pero el proceso sería incompleto.

Al margen de la continuidad de Rueda, el técnico de la Selección requiere también de un proceso revolucionario para no depender de -como ahora- surgimientos milagrosos como el de Énner Valencia.

Ahora, sin ese proceso revolucionario y con el antecedente de que la Tri llegó hasta octavos en un Mundial, la vara quedó alta para Rueda.

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