La clasificación al Mundial de Brasil obliga a los clubes y a la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) a replantearse el futuro del fútbol en el país. Aquí se incluye el respaldo al proyecto a escala de selecciones (Tricolor y divisiones juveniles). Pero el punto más urgente es la revisión de la forma cómo están estructurados los equipos económica y administrativamente.
Es cierto que ir a un tercer Mundial realza más el prestigio del país. Lo pone a la altura de las mejores selecciones del mundo, pero hay que revisar si es que también la Liga local está en ese camino o en dirección al deterioro. No hay que ser ciegos a la realidad de los atrasos en salarios, de dos meses en adelante, de los clubes. El último que se unió fue Liga de Quito, institución que parecía que no llegaría a ese escenario.
Es hora de reflexionar y también ser sensatos para tomar medidas urgentes que beneficien al fútbol. Pero hay que desprenderse de los compromisos y cálculos. Y aquí son los directivos los llamados a plantear normas para evitar que la crisis económica de los equipos se extienda.
Liga, Barcelona, Deportivo Quito, Cuenca, El Nacional… los clubes de la Serie B… Veintiún equipos adeudan a futbolistas. Eso contrasta con la economía de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, que ha tenido y tendrá aún más ingresos millonarios al ir al Mundial.
Es por eso que la clasificación al Mundial debe ser el pretexto para reflexionar, revisar los reglamentos y estatutos de la Ecuafútbol y, sobre todo, aplicarlos sin reparos. Ese es el único camino para empezar a poner medidas en este deporte.