Las banderas de Ecuador, de El Nacional y de la Asociación de Afroecuatorianos del país cubren el ataúd de Christian Benítez. Sobre ellas está un balón de fútbol, que un aficionado dejó como homenaje al ‘Chucho’, quien falleció el lunes en Qatar, (a 13 991 kilómetros de Quito), un país muy lejano para la tierra en la que él creció A esa hora, las 11:00 de ayer, los aficionados pasan cerca del féretro, se persignan, tocan levemente el cajón de madera que tiene tallado un número 11. Otros simplemente ven con resignación el cadáver. Y hay otros que se cubren el rostro y derraman lágrimas.
El féretro está en el centro del Coliseo Rumiñahui de Quito, escenario en el que habitualmente se disputan partidos de baloncesto o conciertos de artistas famosos. Esta vez el lugar acoge el velatorio del ‘Chucho’ y solo basta observar a las personas sentadas en las sillas de color blanco con listones negros, ubicadas en la pista, para saber que hay mucha tristeza.
En esos asientos están personas que compartieron más momentos con Benítez: su esposa Liseth Chalá, su madre Rita Betancourt, su padre Ermen Benítez, su suegro Cléber Chalá… También está gente con la que el exdelantero tricolor pasó momentos de felicidad y tensión en las canchas: el técnico Reinaldo Rueda, Agustín Delgado, José Francisco Cevallos, Iván Hurtado… Incluso está Razvan Lucescu, técnico del club El Jaish de Qatar, quien vino al velatorio.
Ellos aguardan el momento de la misa para honrar al ‘Chucho’. Mientras llega ese instante, previsto para las 12:00, algunos observan las imágenes que emiten dos pantallas gigantes. Ahí se repiten biografías del ‘Chucho’, sus goles, sus entrevistas, fotografías con sus hijos, su esposa y sus amigos.
También se proyecta un video del goleador ‘rapeando’ en la concentración de la Tri. Esto provoca los aplausos de las personas ubicadas en los graderíos, donde hay banderas con diversas leyendas: “Goleador eterno”, “Chucho eterno”, son algunas de las frases.
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En el escenario hay aproximadamente 12 000 personas (tiene capacidad para 15 000) y la mayoría aguarda que el arzobispo René Coba Galarza suba a la plataforma para oficiar la misa. Ha sido notable la presencia de aficionados desde la mañana del viernes al lugar (100 000 personas entraron al coliseo entre el viernes y ayer, según los organizadores).
Antes de que la misa se inicie, hay un homenaje previo: hablan el periodista mexicano Odin Ciani, Agustín Delgado, Roberto Bonafont, el DT Rueda. Sus discursos resaltan las virtudes del ariete. Pero de esas intervenciones, la que más emociona es la de Bonafont. “Chucho querido, quédate tranquilo, que a tu funeral no faltó nadie, ni siquiera los que te tiraban bronca…”, dice el periodista con tono fuerte y las personas se levantan para aplaudir emocionadas.
Rueda, en cambio, pide un aplauso de un minuto ininterrumpido que se cumple sin problemas.
Tras esas intervenciones, a las 12:03, el arzobispo Coba, apoyado por cinco acólitos y 14 monaguillos, inicia la ceremonia. Mientras esto ocurre se escuchan lamentos de una persona en los graderíos.
El rito culmina a las 13:00 y llega un momento muy emotivo. Dorcy López, abuela del goleador, abre el ataúd e introduce un rosario.
En cambio, Cléber Chalá y otras personas se acercan al féretro para levantarlo. Luego, lo trasladan al camerino sur, donde está el auto que llevará el cuerpo al Camposanto Monteolivo.
En las afueras, también hay hinchas con banderas de El Nacional, de la Tri, que han comprado pósteres de a USD 1 del goleador.
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La carroza sale del lugar a las 13:25 desde la calle Ladrón de Guevara y toma la avenida 6 de Diciembre. A su trayecto, se unen vehículos y motocicletas que llegan al lugar del entierro y no pueden ingresar. Se contentan con hacer sonar los pitos de sus vehículos como señal de despedida al goleador. Los hinchas también despidieron en las calles a ‘Chucho’.
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Los tricolores
Antonio Valencia, Jefferson Montero y Carlos Tenorio no asistieron ayer al Coliseo General Rumiñahui. Ellos viajaron al exterior para reincorporarse a sus clubes. Sin embargo, asistieron al escenario el pasado viernes.
En Rusia, Christian Noboa anotó un gol en la victoria (1-0) de su club, Dínamo Moscú, y se lo dedicó a Christian Benítez.
Al entierro, en Monteolivo, solo fueron familiares y amigos.