Uno de los competidores del Rally Dakar en una de las etapas en Arabia Saudi. Foto: EFE
El estreno del Dakar en Arabia Saudí convenció a los pilotos por sus paisajes de ensueño, sorprendió por el frío en casi toda la ruta, gustó por la hospitalidad local, conmocionó por la muerte de Paulo Gonalves y disgustó por la gran velocidad que tuvo la carrera en la segunda mitad.
La mayor parte de los integrantes de la caravana del Dakar se quedaron maravillados por los escenarios que atravesó la carrera, especialmente en las etapas desarrolladas entre Neom, Al Ula y Hail, donde pasaron por cañones y caprichosas formaciones rocosas labradas por la naturaleza.
Arabia Saudí era una tierra desconocida para la gran mayoría de pilotos, que llegaron con muchas reticencias sobre la nueva sede del rally. “A mí me sorprendió para bien. El desierto es maravilloso. Hay paisajes que te da rabia estar corriendo porque te quedarías mirándolos”, contó a Efe el piloto español Joan Nani Roma.
“Hemos descubierto un país estupendo. Yo venía un poco a la defensiva y me estoy encontrando con una gente maravillosa y sobre todo un escenario muy bueno para hacer carreras de rally raid“, añadió.
Prácticamente toda la ruta estuvo marcada por un intenso frío que por las noches llegó a mínimas de 3 grados celsius e incluso la caravana se salvó de una gran nevada caída en Neom solo dos días después de que los vehículos pasasen por allí.