El español Rafael Nadal después de perder ante Gilles Muller en Wimbledon. Foto: Adrian Dennis /AFP
El tenista español Rafael Nadal se dio un fuerte golpe en la cabeza instantes antes de salir a la cancha 1 de Wimbledon para medirse al luxemburgués Gilles Müller en los octavos de final.
No había empezado bien la tarde del lunes 10 de julio para el campeón de 15 Grand Slam, que se golpeó con el marco de una puerta mientras daba saltos para ultimar el calentamiento. Y después le costó sudores encontrar la vuelta al partido, extraño como pocos en lo que a estadísticas se refiere. Los números al final del partido hablaban de un Nadal entonadísimo con la raqueta: 77 winners por 17 errores no forzados; 198 puntos ganados por los 191 de su rival; 33 puntos en sus 46 subidas a la red; 23 saques directos; o un 80 por ciento de puntos con primer servicio. “No se trata de ganar más puntos, se trata de ganar los puntos que cuentan”, resumió Nadal.
La épica fue insuficiente para que Nadal se mantuviera vivo en Wimbledon: el español se despidió del tercer Grand Slam de la temporada tras una batalla de casi cinco horas ante Gilles Müller que se decidió por un 15-13 en el quinto set.
Si el ‘Manic Monday’ (el lunes loco) prometía grandes emociones con todos los octavos de final masculinos y femeninos, Nadal y Müller se tomaron muy en serio esa invitación al espectáculo. Correspondieron los hinchas de la pista 1 tras el 6-3, 6-4, 3-6, 4-6 y 15-13 con una atronadora ovación que se sintió en cada rincón del All England Club, donde temblaron hasta las flores. No era para menos. Nadal se levantó tras perder los dos primeros sets y después salvó cuatro pelotas de partido. Parecía indestructible el campeón de 15 Grand Slam, pero acabó hincando la rodilla en la hierba después de cuatro horas y 48 minutos.
El campeón de 15 Grand Slam estaba en el túnel del vestuario junto a Müller justo antes del partido. Siempre, antes de que cada encuentro, el español ultima su entrada en calor dejando el raquetero en el suelo y dando potentes saltos. Esta vez, sin embargo, estaba justo debajo del marco de la puerta e impactó con su cabeza en él. Müller, que estaba delante de él, se dio la vuelta enseguida ante el sonoro impacto. El español respondió con una sonrisa y contagió a Müller, por lo que el percance no pasó a mayores. Al final, Müller logró una importante victoria en su carrera profesional.