El ecuatoriano Álex Quiñónez recibe la medalla de bronce por su participación en la prueba de los 200 metros durante el Mundial de Atletismo de Catar. Foto: AFP
El ecuatoriano Álex Quiñónez recibió este miércoles 2 de octubre de 2019 la medalla de bronce después de su participación en los 200 metros planos del Mundial de Atletismo, celebrado en Doha, capital de Catar. En la final que se llevó a cabo el pasado martes 1 de octubre, Quiñónez obtuvo una marca de 19.98 segundos, después de Andre De Grasse (19.95) y Noah Lyles (19.83).
12 años después del último oro del marchista Jefferson Pérez, Ecuador regresó este martes al medallero del Mundial de atletismo y lo hizo con un bronce histórico en Doha para Álex Quiñónez en una de las pruebas estelares, los 200 metros.
En la gran noche del estadounidense Noah Lyles, que se coronó como se esperaba (19.83) Quiñónez (19.98) cruzó la meta en tercer lugar, por detrás del canadiense Andre De Grasse (19.95) y manteniendo su posición en el esprint final ante el acoso del resto de competidores, especialmente el británico Adam Gemili (20.03) y el turco Ramil Guliyev (20.07), quinto y que era el defensor del título.
“Me siento feliz por lo que estamos consiguiendo. Estamos trabajando para conseguir cosas grandes. Es un esfuerzo grande. Estoy incluso hasta un poco decepcionado conmigo mismo por la primera parte de la carrera, he salido muy lento esa primera parte y luego tuve treinta o cuarenta metros de infarto, que rematé muy rápido. Pero tengo que trabajar esa primera parte”, comentó en declaraciones a la AFP al término de la final, con una alegría contenida.
“En los Juegos de Tokio quiero más que un bronce, se puede superar. Tengo que trabajar más, necesito mejorar los primeros pasos, que son siempre los que hacen que la gente se me vaya”, señaló.
Es la quinta medalla mundial en atletismo para Ecuador, pero histórica al tratarse de la primera en una prueba en pista. Las cuatro anteriores fueron logradas todas por un mismo hombre, Jefferson Pérez, en los 20 kilómetros marcha (plata en Sevilla-1999 y oros en París-2003, Helsinki-2005 y Osaka-2007).
“Esta es la primera medalla mundial que ganamos para Ecuador en la velocidad. Estoy orgulloso. Se lo dedico a mi familia, a mi entrenador, a mi fisio y a la gente que me apoya. ¡Y a todo el Ecuador entero!”, dijo.
“Estoy feliz. Quisiera algo más, pero esto es lo que hay. Seguiremos trabajando. Esto va por todo el Ecuador entero, el que está dentro y fuera”, apuntó.
Quiñónez recordó también todo lo que ha cambiado en los últimos años, entre su primer gran final en los Juegos Olímpicos de Londres-2012 (séptimo puesto con 23 años) y este tercer lugar en el Mundial de Doha ya más maduro, con 30 años.
Álex Quiñónez comparte el podio con el ganador del oro, el estadounidense Noah Lyles (centro), y el ganador de la medalla de plata, el canadiense Andre De Grasse (izq.). Foto: AFP
“Ese Álex Quiñónez era muy joven. Ahora tengo un poco más de experiencia y sé lo que quiero conseguir”, aseveró.
Regreso triunfal
Álex Quiñónez llegó a estar retirado tras una serie de problemas personales que le hicieron perder la motivación y ganarse reputación de indisciplinado para sus entrenamientos.
Pero en el año 2017 regresó con fuerza al atletismo, se esforzó al máximo y consiguió vivir un año 2019 impresionante, que ya hacía presagiar que podía ser capaz de aspirar a un podio mundial.
Fue campeón panamericano en Lima en agosto, a modo de aviso, y llegaba al Mundial como el sexto mejor de la temporada, gracias a los 19.87 que corrió en Lausana (Suiza) el pasado mes de julio.
Tanto en las series como en las semifinales, Quiñónez había terminado con el segundo mejor crono del total de los participantes, lo que constituía ya un aviso para el resto de competidores.
El bronce ecuatoriano de este martes es además la primera medalla para Sudamérica en Doha-2019 y el segundo metal para Latinoamérica, tras el bronce del cubano Juan Miguel Echevarría en el salto largo.
Ecuador ya no es sólo marcha en el atletismo. Quiñónez ha abierto una puerta y ha dado una nueva dimensión a este deporte con un tercer puesto del mundo destinado a abrir un nuevo camino.