‘Quiero terminar mi carrera en Ecuador’

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Acaba de operarse la rodilla izquierda y pese al dolor está feliz. Martín Mandra es uno de los goleadores del torneo, con cinco tantos en seis partidos con el modesto Manta. El sábado 13 de marzo entró a la historia al convertir el gol más rápido en los torneos locales: le anotó a El Nacional a los ocho segundos, después anotó otro gol y salió lesionado. La semana pasada se operó en Guayaquil y después vino a Quito en donde realiza fisioterapia para recuperarse. Mandra sacó tiempo para conversar con LUNES DEPORTIVO sobre su carrera y su presente.

Hacer dos goles, uno de ellos el más rápido en la historia de Ecuador, y luego salir lesionado. Todo esto en apenas 10 minutos. Parece el guión de una película...

El partido con El Nacional fue inolvidable. Fue una noche rara, de hecho no sabía si iba a jugar el partido. Antes del juego, en la entrada en calor me sacaron líquido de la rodilla. Sabía que no iba a terminar el cotejo y por ello cuando hice el primer gol me sentí satisfecho y hacer el otro tanto, ya era algo increíble. En esos momentos pensaba: Gracias a Dios que jugué y pude hacer dos goles. Salir lesionado con un 0-0 habría sido muy triste.

¿Y que se siente anotar un gol a los ocho segundos? No debe ser igual a anotar otros goles'

Cuando anoté no pensé que eran ocho segundos. En la cancha parece que el tiempo va más rápido. Pensé que eran unos 50 segundos. Fue una alegría muy grande saberlo.

¿Quién se lo dijo?

Mis hermanas, por teléfono, desde Argentina. Ellas vieron los resúmenes de televisión en donde dijeron que era el gol más rápido en el fútbol ecuatoriano, lo que originó que ellas se pusieran muy felices. Es un orgullo lograrlo, no todos pueden lograr una marca histórica de ese tipo.

Manta es su tercer club en Ecuador y el noveno fuera de su país. Ha jugado en España, Grecia, Alemania, Italia' ¿Acaso se hace problemas para hacer maletas e irse a jugar?

No, porque la experiencia te indica que hay que jugársela, tomar riesgos.

¿Cómo adopta la familia las continuas mudanzas?

Mi esposa Sonia y mi hija Sofía ya están acostumbradas. Con tal de que tenga trabajo, que estemos juntos y felices, pues ellos están conmigo siempre. Ahora nos está acompañando Pablo, un gran amigo nuestro.

¿Era más difícil al inicio?

Mi hija nació cuando yo estaba jugando en Argentina en 2002. El primer país al que salimos fue Alemania (2003) y nunca tuvo problemas en adaptarse, ella y Sonia se acoplan rápido. La niña nunca tuvo problemas y de hecho en abril va a empezar clases en Manta, en el Estella Maris.

¿Sofía hace amigos rápido?

La verdad, sí. (Ndlr: Mandra mira a su hija que juega sola y despreocupada muy cerca suyo). Ella siempre hace amigos en los colegios en los que estudia y también se relaciona con los hijos de mis compañeros de equipo.

Ha recorrido muchas ciudades jugando. ¿Cuál fue el lugar más exótico en el que jugó?

No sé si sea exótico, pero estar en Grecia fue una experiencia distinta. ¡Nunca había pensado conocerla, pero el fútbol me llevó allá! Es un lugar maravilloso, con unos paisajes inolvidables. En Barletta (Italia) también viví bien, era un pueblo tranquilo, un lugar bastante apacible.

Hablando de ciudades tranquilas, Ud. jugó en Azogues, una ciudad con poco movimiento...

Azogues es la ciudad más tranquila en la que viví. Por suerte, fue la entrada para seguir en el fútbol ecuatoriano.

Y en Manta, ¿cómo lo tratan?

Bastante bien. La gente me quiere, el Manta es un equipo joven, los dirigentes son serios, cumplen lo que prometen (empieza a sacarse la funda de hielo que tenía en la rodilla). Además, el técnico Fabián Bustos está armando un proyecto interesante. Vamos poco a poco con humildad, con expectativa.

Los goleadores siempre hablan de las rachas. Usted está en una buena . ¿A qué se debe?

A una serie de cosas: estar bien preparado física y mentalmente. También es importante que el equipo genere opciones para el delantero. La confianza del técnico es otro valor fundamental. En el Quito, Carlos Sevilla confiaba en mí; en el Azogues, Patricio Lara, y ahora en Manta, Fabián Bustos. Es primordial la confianza.

¿Rubén Insúa no confió en Ud. en su segundo año en el Quito?

Teníamos una relación buena. Cuando tomó el Quito me llamó a Argentina a preguntarme cosas. Teníamos una relación estrecha, nos veíamos seguido. Después todo cambió y tuve que irme. Así es el fútbol.

En los foros de la hinchada del Quito, los hinchas lo extrañan ...

Tengo muy buena relación con la hinchada, con dirigentes como Fernando Mantilla. Tengo un grato recuerdo del equipo.

El Deportivo Quito es el único equipo en el que usted ha sido campeón en Primera A...

Sí, también logré títulos con Belgrano en Argentina y en Nuremberg en Alemania, pero en Segunda. Salir campeón con el Deportivo Quito y hacer muchos goles fue una alegría inigualable. Imborrable para mí.

Quiere jugar unos tres o cuatro años más. Luego del fútbol, ¿piensa echar raíces en algún sitio?

Me gusta mucho este país. Dios mediante me gustaría terminar mi carrera en Ecuador y luego quedarme a vivir. La vida aquí es maravillosa.

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