Antes de incorporar un motor eléctrico, el Porsche Cayenne ya era un vehículo muy poderoso. La adopción de un propulsor de ese tipo que apoyara al de combustión no solo mejoró sus cifras de torque y potencia, sino que también redujo las emisiones contaminantes.
El trabajo conjunto de ambos motores contribuye a que el vehículo no dependa de una sola fuente para impulsarse y a que optimice el consumo energético.
Además, el Cayenne Hybrid está equipado con el sofisticado dispositivo Start/Stop, que apaga el motor durante las detenciones y lo enciende nuevamente al presionar el pedal del acelerador, con el fin de ahorrar combustible.
La orientación superdeportiva de Porsche se expresa en las prestaciones del Cayenne Hybrid: es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos y de alcanzar una velocidad máxima de 242 km/h.
Está equipado con el sistema Porsche Traction Management (PTM) de tracción total permanente, que garantiza las máximas condiciones de estabilidad y adherencia en cualquier situación de conducción. Hay controles de la caja de cambios en el volante.