El segundo triunfo del piloto alemán Nico Rosberg en la categoría ‘reina’ del automovilismo, logrado el pasado domingo en el circuito urbano de Mónaco, hizo sonar las alarmas sobre supuestas irregularidades al interior de la F1.
Poco antes de la carrera se supo que, después del Gran Premio de España y durante tres días, Pirelli y Mercedes realizaron 1 000 kilómetros de pruebas conjuntas en Barcelona, con el fin de evaluar el desempeño de los neumáticos que se utilizarán a partir de la próxima temporada.
No obstante, también trascendió que el equipo alemán tuvo a disposición (aparentemente sin saberlo) las llantas con nuevos compuestos que Pirelli llevaría la próxima semana al GP de Canadá, ante las numerosas críticas de los equipos por la acelerada degradación de las gomas actuales.
Hay quienes acusan a Mercedes de haberse beneficiado de dichos tests y atribuyen a ello el triunfo del domingo. El lapso entre dichas pruebas y el GP de Mónaco fue muy corto como para transformar a unos autos que no andaban muy bien en carrera, pero el desarrollo de las próximas competencias dirá si los denunciantes tenían o no razón.