Álex Quiñónez (izq.) fue segundo en la Diamond League, en Suiza, el 5 de julio del 2019 por detrás de Noah Lyles. Foto: Confederación Sudamericana de Atletismo
La marca de 19.87 segundos que registró el atleta Álex Quiñónez para cubrir los 200 metros, es una de las mejores de todos los tiempos en el ámbito mundial. En la historia del atletismo nacional es la segunda, solo superada por el récord de Jefferson Pérez en los 20 kilómetros marcha, que se mantiene vigente en los mundiales.
El esmeraldeño, que el 11 de agosto cumplirá 30 años, ocupa el tercer lugar en el escalafón mundial en esta distancia. “Con ese marca es medallista de oro en los Juegos Panamericanos, y un aspirante para pelear una medalla en los Juegos Olímpicos del próximo año”, destacó Fernando Espinosa, excampeón nacional y sudamericano de los 100 metros y 200 metros.
Precisamente, Espinosa mantuvo el récord nacional de los 100 metros, que ahora está en posesión de Quiñónez. Actualmente es entrenador de atletismo y uno de los admiradores del esmeraldeño. “Tiene cualidades innatas, porque no cualquier atleta puede correr bajo los 20 segundos. Eso lo ha logrado porque compite en el exterior, eso le permite mejorar y lograr estos tiempos”.
En efecto, este año ha realizado más de seis carreras en Europa, una en Asia, una en África y tres más en Estados Unidos. En el 90% ha estado en el podio y ha batido récords nacionales y sudamericanos.
A criterio de Espinosa, que por 15 años mantuvo el récord nacional de los 100 metros (1992 a 2007), dijo que los 200 metros es una distancia ideal para Álex. Lo ve fuerte en la salida y sabe cómo tomar la curva, una zona donde, al no correr el viento, el atleta debe ser fuerte para correr a velocidad.
El 19.87 le proyecta a ganar la medalla de oro en los Juegos Panamericanos, pues sus rivales directos son los canadienses André De Grasse (19.91) y Aaron Brown (19.95), quienes este año marchan en posiciones sexta y novena en el escalafón mundial, respectivamente.
Hace una semana corrió en Suiza, por la Liga de Diamante (circuito mundial con 14 válidas) y superó al turco Ramil Guliyev, campeón del mundo en el 2017 y rival directo por el título Mundial en Doha.
Jaime Guerra, entrenador y psicólogo deportivo, destaca en el atleta su cambio de actitud, disciplina y responsabilidad. Luego del 2012, cuando corrió la final de los Juegos Olímpicos en Londres y se ubicó séptimo, Quiñónez tuvo un ciclo olímpico malo, donde no cumplía objetivos y se ausentaba de los entrenamientos. No pudo llegar a los Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
“En estos tres últimos años se autodisciplinó y asumió con responsabilidad la práctica del atletismo. El trabajo del entrenador Nelson Gutiérrez y de las otras atletas de velocidad han sido importante. El grupo lo ha llevado adonde está”, dijo Guerra.
Álex Quiñónez (centro) participa en un entrenamiento en Roma, donde corrió la Liga de Diamante. Foto: Confederación Sudamericana de Atletismo
En mayo del 2017, cuando pensaba en el retiro, Álex Quiñónez recibió la invitación de Marizol Landázuri –campeona en Juegos Odesur 2018– para que se uniera al equipo de velocidad junto a Ángela Tenorio. El entrenador Gutiérrez lo aceptó en el grupo, con una sola condición: si cometía un acto de indisciplina o ausencia, se marchaba del equipo.
Quiñónez con seis meses de entrenamiento fue campeón en los Bolivarianos y con un año de trabajo, campeón en Juegos Odesur. El año pasado se estrenó en la Liga de Diamante y ahora se apresta a competir en los Panamericanos y en el Mundial de Doha.
“Álex asumió el compromiso y ha trabajado duro. Estamos mejorando los diferentes tramos de competencia. En estas últimas semanas se ha trabajado en la estrategia de carrera”, detalló Gutiérrez.
Quiñónez retornará al país el lunes, luego de permanecer cuatro meses en Europa.
Los Panamericanos y el Mundial son los dos eventos del 2019 a los que quiere llegar en su pico de preparación. En Doha quiere medir emociones, pues un año después espera correr la final de los Juegos Olímpicos, como lo hizo en Londres en el 2012.