Gilberth Piedra durante su participación en los Juegos Mundiales de Abu Dabi, que se realizaron en marzo pasado. Fotos: Martha Cordova / EL COMERCIO
Sus ojos apenas poseen el 16% de visibilidad, pero cada día Gilberth Piedra le sonríe al mundo. Por estos días no se entrena, solo aguarda el inicio del próximo año para entrar en competencia. ‘Piedrita’ es el orgulloso bicampeón del mundo en levantamiento de potencia de Olimpiadas Especiales.
La Fundación Olimpiadas Especiales Ecuador lo eligió como el mejor del 2019 por las tres medallas de oro y una de plata que alcanzó en los Juegos Mundiales, que se realizaron en Abu Dabi y Dubái (Emiratos Árabes) con la presencia de 7 000 deportistas de 192 naciones.
“Me acuerdo de ese viaje, porque todo me gustó, en especial la comida y la visita al zoológico. Gané cuatro medallas como en Los Ángeles en el 2015”, detalla el pesista nacido hace 28 años en Puyo.
En el levantamiento de potencia, a diferencia de la halterofilia, tiene tres modalidades. Una es peso muerto, en la que levanta la barra del piso hasta el alto de sus brazos y piernas extendidas. Otra es el ‘squat’, donde toma la barra y la levanta sobre los hombros y realiza un ejercicio de cuclillas. Finalmente está el peso de banca, donde el deportista se recuesta sobre un escaño.
En sentadilla, ‘Piedrita’ levanta 200 kilogramos; en press de banca, su registro es 200 kg; y, en despegue 230 kg. Sus mejores marcas las consiguió fuera del país. Dice que se motiva ante la presión de sus rivales.
Su padre Jorge fue quien le motivó a entrenarse y practicar el levantamiento de pesas. Lo malo es que no tiene rivales ni otros compañeros de entrenamiento. Por eso sus ansias de participar a nivel nacional e internacional.
Juan Pablo Ayala es su entrenador y también hace de lazarillo. Él y su papá, a quien considera su gran amigo, lo guían y lo han ayudado a progresar en el deporte.
Ayala, en las competencias, es quien se pone delante de ‘Piedrita’, lo lleva hasta la plataforma, coloca sus manos en los lugares precisos de la barra para que la levante. Luego le acompaña hasta el camerino. También le asiste en su viajes y desplazamientos a los hoteles, cuando tiene que competir en el país y en el exterior.
Claro que solo es en el comienzo porque para él es importante ser organizado. Cuando guarda su indumentaria en la maleta recuerda exactamente dónde colocó cada objeto, lo que lo hace independiente de los demás. También recuerda los caminos que recorre, por lo que en ocasiones no requiere que nadie lo acompañe.
Otra de sus cualidades es su disciplina. Es puntual y no suele faltar a los entrenamientos. Cumple con las tablas de levantamiento y las repeticiones, por eso sus progresos.
Cuando visita algún lugar nuevo pide a su entrenador que describa lo que ve para así el también conocerlo y apreciarlo. El DT Amaya no tiene inconvenientes en relatarle cada detalle, para que imagine y disfrute de ese momento diferente.
En junio se realizaron los Juegos Provinciales en Pastaza. No participó pero estuvo en el desfile inaugural y también asistió a los eventos porque su deseo es que más jóvenes, con capacidades especiales, encuentren en el deporte una vertiente de felicidad.
Su próximo objetivo son los Juegos Nacionales, en Ambato, en el 2020. “Tengo 10 medallas de oro que gané en Machala, Macas y en Quito”.
En el 2021 espera competir en los Juegos Latinoamericanos para tener otra oportunidad de ir a los Juegos Mundiales.
Después de lograr su título de bachiller, no ha podido encontrar un trabajo fijo. Con la algarabía de sus medallas, esperaba encontrar un oficio, “pero no he podido. He ido al Municipio y al Gobierno Provincial para ver si me ayudan con un trabajo”.
Su padre es empleado de la dependencia municipal, y su madre Marisol es quien lo mima en casa.