Sebastián Peñaherrera coloca la banderilla al toro Milagro, en la presentación del sábado. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO
Los rejoneadores Diego Ventura, Sebastián Peñaherrera y Álvaro Mejía se fueron a hombros de la plaza Belmonte el sábado, día de la fundación española de Quito.
Los jinetes cortaron un total de nueve orejas y un rabo simbólicos, ya que en el cantón no se permite matar toros en público. Los tres rejoneadores se vieron con las dificultades evidentes que supone la lidia del rejoneo en un anillo con un diámetro pequeño y las resolvieron con distinta suerte.
Con una buena entrada ( tres cuartos de plaza) se corrieron novillos toros de Triana y Rumiquincha, de variado juego y que en general fueron colaboradores y se prestaron para el lucimiento de la terna.
Diego Ventura mostró su domino de las cabalgaduras y su prestancia en el toreo a caballo con el lote menos propicio. Solvente en el rejón de castigo con Cigarrera, seguro con Ordóñez en banderillas y brillante con Oro, dio muestra espléndida de toreo a caballo con gran conexión con el tendido en las banderillas, quiebros y un cierre con dos banderillas cortas y al violín, superior. Tras el par a dos manos llegaron las dos orejas entre el entusiasmo popular.
El caballista luso-hispano desplegó una labor de entrega total con el cuarto, al que enceló con la bandera templando mucho, en Demonio. Oro fue figura una vez más en apretados desplazamientos en tablas que prendieron a los tendidos antes de un quiebro rotundo. Puerta Grande se lució en los quiebros y Morante dio la fiesta con su toreo expuesto y sus mordiscos. La sorpresa la dio Ventura al echar pie a tierra y tomar la muleta, para dar una serie de arte, doblándose bien y con trincheras de sabor. Luego, con la muleta retrasada, ligó derechazos y al rematar recibió dos orejas y rabo simbólicos entre el jolgorio general.
Muy dispuesto salió el ecuatoriano Sebastián Peñaherrera. Excelente con el rejón de castigo en Garibaldi, se lució en el quiebro con Buco, fue de frente con Cisne y con Calé ensayó lucidos quiebros, las banderillas cortas y la rosa final para recibir dos orejas entre el aplauso del respetable, al grito de ¡Ecuador, Ecuador!, tras una buena labor.
En el quinto cumplió el quiteño una voluntariosa labor aunque le faltó temple, el novillo atropelló las cabalgaduras en algunas ocasiones lo que deslució su tarea. Sebastián toreó con la muleta en la mano izquierda desde el caballo, con Nativo. Vuelta al ruedo entre ovaciones.
Álvaro Mejía hace su acto con banderillas largas, en la feria que hubo en la Belmonte. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO
Álvaro Mejía cumplió una buena actuación. Con Paquirri en el rejón de castigo enceló a la res en la bandera y se adornó toreando con el sombrero cordobés.
Con Torero y Triunfador se lució en los quiebros, especialmente al ir de frente con pureza. Con Manzanares tomó las banderillas cortas y fue aplaudido. La res le apretó en tablas con la rosa final. Oreja y petición de otra.
Cerró plaza el novel ecuatoriano con un novillo de regalo de buen juego en el que cumplió una brillante labor, especialmente en los quiebros, dejando buenas farpas y banderillas cortas. Dos orejas y una salida a hombros triunfal de la terna con el aplauso de todos los espectadores que se dieron cita el sábado (6 de diciembre de 2014) en la plaza Belmonte.