Pedro Ortiz Angulo pasó por las inferiores de Emelec. Jugó desde el Sub 19 en el Azogues, hasta la Serie B. Este año ha recibido 12 goles. Foto: David Paredes / EL COMERCIO
Entrevista a Pedro Ortiz Angulo, golero del Delfín Sporting Club.
¿Cómo se fue consolidando para ser uno de los arqueros menos batidos del campeonato nacional ?
Tuve la oportunidad de jugar en el Deportivo Azogues y después llegué al Delfín. Me dieron la oportunidad de estar en este club. Empecé como tercer arquero y después se me dio la ocasión de atajar. Estuve con los profesores Paúl Alarcón y Fabián Bustos. Ellos me dieron la pauta para estar aquí. Este año me dio la confianza el profesor (Guillermo) Sanguinetti. Con él me fui consolidando.
¿El hecho de estar mucho tiempo esperando una oportunidad llega a desesperar?
Bueno, a uno le gusta estar en la cancha y ser titular en el equipo. Llegué al Delfín y me vi obligado a ser el tercer arquero y bajar a la Reserva. Pero confiaron en mí y en mis condiciones. Sí tuve un poco de ansias por jugar. Se dio la oportunidad y logré ganarme el puesto.
¿Tiene alguna afición aparte del fútbol?
Bueno, sé cocinar. Pero más me gusta estar con mi familia. Trato de aprovechar el tiempo con mi hija. Me mentalizo más en mi familia. Soy fanático de la televisión.
Entonces es casi un niñero…
Bueno, mi hija Milani ya no es tan bebé. Con sus tres añitos ya me saca una sonrisa cuando llego a casa después de un entrenamiento en el que no me fue bien. Tengo la bendición de tener en mi hogar a alguien que me espera con una sonrisa y los brazos abiertos.
Ella se transformó en su inspiración. Es a quien dedica sus triunfos…
Por ella es por que me esfuerzo al máximo y trato que las cosas salgan siempre bien. Como toda profesión busco que mis éxitos se vean reflejados en su felicidad y economía para ella.
Entonces debe estar el nombre de Milani en su indumentaria…
Solo en los guantes. Ahí llevo a mi esposa e hija. Me gusta eso de personalizar las herramientas de trabajo. Siempre llevo una foto de mi familia a los viajes. Tengo una en el camerino.
¿Quién fue su maestro y referente como arquero?
Tuve a Jacinto Espinoza cuando jugué en el Azogues. Robin Pico también me enseñó bastante. En Delfín tuve la suerte de trabajar con Rolando Ramírez. Él me indicaba cómo pararme en el arco. Tuve buenos arqueros que me enseñaron y por ellos estoy ahora en donde estoy.
Ahora la historia se repite a la inversa porque a usted le tocó ser maestro del hijo del ‘Chinto’…
Sí, gracias a Dios se le enseña lo que ellos me han enseñado a mí. El hijo de Espinoza (Gianluca) es compañero mío. Les trato de pasar un poco de experiencia a mis compañeros.
¿Cómo ha tomado la fama tras el momento del Delfín?
Hay gente que me conoce. Otros que ni bola me paran, pero la mayoría sí me saluda y me dice Ortiz, por favor una foto. Todo esto es bonito. Ya me conocen. Me estoy ganando un nombre en el fútbol ecuatoriano.
¿Hay presión por el momento del equipo?
No. Yo creo que no. Trato de hacer lo más fácil y bien. Sobre todo darle seguridad a mi equipo. Ademas, me están pagando por patear una pelota. Por divertirnos en nuestro trabajo. Es un lindo deporte en donde puedes ganar poco y te diviertes o puedes hacer una fortuna. Lo importante es hacerlo con amor.
¿Cuál es su sueño?
Ponerme la piel de mi país y salir al exterior. Esto último será importantísimo para mi carrera. Esperemos que algún día pueda alcanzar esa oportunidad. Con esfuerzo y sacrificio en la cancha lo lograremos.
¿Cuál ha sido la fórmula para mantenerse en el nivel que ha mostrado?
Dios. Él me ha puesto en el camino adecuado y me ha puesto cerca de gente que sabe de la materia. He pasado dificultades. Estuve 8 años en un equipo de la Serie B, donde a veces se pagaba y a veces no. Tuve la suerte de llegar a un equipo como este que ha sido cumplido y responsable.
¿Cómo toma las comparaciones del Delfín con el Leicester?
Se ríe. No creo. Los equipos de Inglaterra son otra cosa. Más serios, más coordinados. Demasiado grandes. Acá estamos en un equipo que recién se está convirtiendo en grande por lo que está haciendo este grupo de jugadores. Queremos meterlo en la historia.
¿Sueña ya con la Copa Libertadores?
Siempre. Un torneo internacional suma en el currículum. Es importante para mí llegar a un campeonato de esas características. Ya sueño con la Libertadores.
¿En cuál estadio del extranjero le gustaría jugar?
En La Bombonera, de Buenos Aires. Dicen que ese estadio tiembla por su hinchada. Sería bonito jugar el próximo año contra Boca Juniors y por la Libertadores.