El paso de la Tri por la Copa en tres momentos

Énner Valencia en el partido ante Francia. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO

Énner Valencia en el partido ante Francia. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO

Énner Valencia en el partido ante Francia. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO

Un gol que costó la clasificación 

La desconcentración es uno de los pecados capitales del fútbol ecuatoriano. Ecuador mostró en las eliminatorias que era un equipo proclive a recibir goles en el inicio y final de los tiempos de juego: en cuatro de los 18 cotejos del premundial recibió tantos en el inicio de los partidos y dos en el génesis del segundo tiempo.

Ecuador también ha recibido históricamente goles al final de los cotejos. Le sucedió en la eliminatoria del 2010 ante Paraguay en Quito y frente a Argentina en Buenos Aires.

Todas estas deficiencias y desatenciones quedaron evidenciadas en el debut mundialista de la Tri, el 15 de junio en Brasilia. Suiza le hizo goles en el inicio del segundo tiempo y en el final del partido.

El último tanto, marcado por el ariete de la Real Sociedad de España, Haris Seferovic, determinó la suerte de Ecuador en el Mundial. Condicionó su futuro en la Copa. El tanto llegó en un veloz contragolpe de los suizos, tras una acción clara que Michael Arroyo no supo definir. En menos de cinco segundos, Suiza armó un contragolpe que terminó con el suave toque de Seferovic hacia la red. Tres puntos perdidos y un escenario complicado para el resto de la competencia en la Copa del Mundo.

Ganar para seguir en la Copa. Esa era la consigna antes del partido en Curitiba ante Honduras. El Mundial se acababa a los 31 minutos, cuando Carlo Costly aprovechó un error de Jorge Guagua para quedar frente a frente con Alexander Domínguez y marcar el tanto ‘catracho’.

El partido era atropellado, mal jugado y sin un dominador claro. Según las estadísticas de la FIFA, Ecuador tuvo el balón el 51% contra un 49%. El equipo tricolor hizo 303 pases contra 299. El cotejo enfrentaba a dos fuerzas parejas, dos equipos condenados a ganar para salvarse.

Entonces, apareció Énner Valencia, la figura desequilibrante de Ecuador en el Mundial .

El esmeraldeño de 1,74 metros y 24 años ya marcó en el primer juego ante Suiza y ante los centroamericanos hizo los dos tantos del equipo usando dos argumentos de su repertorio: barrida en el área para el primer tanto (minuto 34) y un cabezazo preciso a los 65 minutos. Fue declarado el mejor del partido y entonces empezó en el país la ‘Ennermanía’. Valencia se erigió como el nuevo referente del equipo, el único capaz de marcar la diferencia y ganar un partido tan angustioso como ante Honduras.

El estadio Maracaná fue la última escala de Ecuador en la Copa del Mundo. La Tricolor se enfrentaba a Francia con la necesidad de ganar y esperar que Suiza no goleara a Honduras para clasificarse a octavos.

Los suizos rápidamente se deshicieron de los ‘catrachos’, mientras Ecuador hacía un partido correcto ante los franceses. Con Énner Valencia muy marcado y con Michael Arroyo como compañero de ataque, en reemplazo de Felipe Caicedo, la Tricolor fue un equipo que mostró vergüenza deportiva, pundonor, ganas, actitud y todos esos calificativos que la afición pide para este tipo de encuentros.

Francia dosificó sus fuerzas en este cotejo. El único apuro de los galos era no perder el juego para evitar a Argentina . Los europeos tuvieron el 60% del tiempo el balón en sus pies y generaron 64 ataques, de acuerdo con las estadísticas de la FIFA, contra 21 de la Tricolor.

El salto de 75 centímetros del goleador Valencia, la ubicación y reflejos de Alexander Domínguez, declarado el jugador de la fecha, y el llanto de Walter Ayoví al final del juego fueron las postales de la despedida de Ecuador de su tercera Copa del