Los paralímpicos tienen más espacio

Paúl Córdova (izq.), con discapacidad intelectual, participa en carreras. Ganó su categoría de la 15k.

Paúl Córdova (izq.), con discapacidad intelectual, participa en carreras. Ganó su categoría de la 15k.

Paúl Córdova (izq.), con discapacidad intelectual, participa en carreras. Ganó su categoría de la 15k.

"El deporte paralímpico ecuatoriano es otro", dijo Byron López, presidente del Comité Paralímpico Ecuatoriano antes de viajar a los Juegos Río 2016. El equipo nacional llevó a cinco deportistas y todos retornarán el martes al país con Diplomas Paralímpicos.

Hace dos años, en Londres 2012, Ecuador participó con dos deportistas, que asistieron porque eran los mejores del país y gracias a cartas de invitación. Hoy la delegación nacional estuvo conformada por deportistas que lograron las marcas exigidas por las Federaciones Internacionales.

En los dos últimos años, el Comité Paralímpico Ecuatoriano y sus cuatro federaciones ecuatorianas por discapacidad, priorizaron en su trabajo el desarrollo deportivo y las marcas técnicas.

Así sus deportistas han asistidos a torneos nacionales e internacionales donde se lograron participaciones importantes como la medalla de oro de Ronny Santos en los Parapanamericanos de Toronto 2015. Eso le permitió ser el primer ecuatoriano clasificado a los Paraolímpicos.

Su entrenador es Celso Carcelén, y junto a los otros seleccionados como Damián Carcelén, Poleth Mendes y Stalin Mosquera, se entrena en el Centro de Alto Rendimiento de Carpuela, en la provincia de Imbabura.

Este grupo de deportistas está afiliado a la Federación Ecuatoriana de Deportes para personas con Discapacidad Intelectual (Fededi), que maneja un total de 120 deportistas a nivel nacional.

La Federación Ecuatoriana de Deportes para personas con Discapacidad Visual (Fedediv) es la que más deportistas y clubes posee. Los atletas Darwin Castro y Sixto Moreta son los más destacados del grupo por sus marcas y participaciones internacionales como en el Grand Prix cumplido en Berlín, en julio pasado.

En el parque La Carolina existe una cancha de fútbol con césped sintético donde los fines de semana se juega Goal Ball. En este escenario también se implementó una escuela para lograr una mayor participación de niños, jóvenes y adultos.

Al año, al menos se juegan dos campeonatos nacionales, y en cada provincia también se organizan torneos en diferentes categorías.
A nivel recreativo, Fedediv organiza cada dos o tres meses ascenso a montañas y nevados cercanos a Quito. Los ciclistas participan en ciclopaseos semanales y los ajedrecistas tienen su propio torneo en las Fiestas de la Capital.

La Federación Ecuatoriana de Deporte Adaptado Para Personas con Discapacidad Auditiva y/o Lenguaje tiene como principal figura a Jonathan Tasinchana, quien este año asistió al Campeonato Mundial de Atletismo de Sordos. Su participación fue en los 1 500 metros.

Pero también en ciudades como Guayaquil, Cuenca, Manta... hay organizaciones que promueven actividades para deportistas con discapacidades con el propósito que se involucren.

Byron López reconoció que este desarrollo deportivo y técnico ha sido posible por la implementación del Plan de Alto Rendimiento que lleva adelante el Ministerio del Deporte. Al igual que los deportistas regulares, los deportistas paralímpicos reciben becas que les garantizan una mensualidad y un fondo para financiar sus entrenamientos, bases de entrenamientos, viajes, indumentaria y pago a su equipo multidisciplinario (entrenador, preparador físico, médico), seguro médico y suplementos vitamínicos.

En el país hay 735 deportistas, de 13 provincias, registrados en estas actividades. De este grupo, 17 deportistas están en un plan de alto rendimiento que impulsa el Estado como parte de su política de apoyo.

Cinco de ellos, que viajaron a Río de Janeiro, están en la categoría B y reciben una mensualidad de USD 1 400.

Según explicó el ministro del Deporte, Xavier Enderica, se manejan cifras similares a los de los deportistas convencionales.
Luego de su participación en Río de Janeiro, y por los diplomas paralímpicos alcanzados, para 2017 podrán subir de categoría. Así se empezará el nuevo ciclo para Tokio 2020, próxima edición de los Paralímpicos.

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