El ecuatoriano Pablo Palacios experimentó una odisea durante su paso por Barcelona SC

Un duelo en el cotejo. El defensa Marcelo Bohórquez tuvo dificultades para controlar las arremetidas de Pablo Palacios (derecha).

Un duelo en el cotejo. El defensa Marcelo Bohórquez tuvo dificultades para controlar las arremetidas de Pablo Palacios (derecha).

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Pablo Palacios vivió momentos muy dulces dentro de Barcelona SC. Durante su primera temporada se coronó el goleador del equipo y se ganó el cariño de la hinchada. Sin embargo, también pasó por momentos amargos: supuestos actos de brujería, enfrentamientos con los entrenadores que dirigieron al club, e incluso fue víctima de la delincuencia.

En diálogo con el programa digital Fútbol Sin Cassette, el exfutbolista de 38 años reveló algunos de los impases que vivió en el ‘Ídolo del Astillero’ que lo llevaron a replantearse en varias oportunidades una posible salida del club.

Pablo ‘El Cabezón’ Palacios se convirtió en uno de los primeros fichajes en la era de Eduardo Maruri como presidente de Barcelona. Sus 15 goles anotados con Deportivo Quito en el 2007 le permitieron arribar a Guayaquil.

En el 2008 la directiva torera armó un plantel con un presupuesto superior a los USD 10 millones con la consigna de lograr el título. Se contrataron jugadores de renombre como Christian Lara, Marcos Mondaini, Iván Hurtado, Rolando Zárate y David Quiroz.

Para sorpresa de muchos, al término de la temporada, la figura del plantel fue el delantero ecuatoriano, que se consagró como el goleador del Campeonato Nacional con 20 anotaciones. Sin embargo, su primer año en Barcelona estuvo lleno de complicaciones que pudieron poner un fin anticipado a su estadía en Guayaquil.

Palacios confesó que sus primeros meses en el club fueron difíciles. A la segunda fecha de iniciado el torneo ya se evaluaba un posible préstamo a Técnico Universitario. También fue víctima de la delincuencia, motivo por el cual analizaba seriamente volver a Quito.

“Luego de eso la verdad me quise ir para Quito y no seguir en el club. Buscar alguna oferta”, comentó el exatacante, quien reconoció que el apoyo de su familia fue importante para no desistir: “Conversé con la familia y ellos me hicieron fuerza para quedarme”.

En los camerinos también vivió episodios a los que calificó de “extraños”. “Mi número era el 17 y me lo rayaban en mi casillero al revés. En Barcelona me ponían frascos con animales muertos ahí adentro. Eran cosas locas”, sostuvo Palacios.

A pesar de las dificultades y de no lograr el objetivo, el Deportivo Quito terminaría coronándose campeón del torneo 2008, ‘El Cabezón’ se convirtió en uno de las más queridos por la hinchada torera.

Recibió propuestas para abandonar Barcelona. Una de las más concretas venía de México, del Cruz Azul. Pero Palacios aún mantenía la ilusión de quedar campeón, lo que lo motivó a extender su contrato con el club.

Sin embargo, no logró revalidar lo hecho en su primer año. Durante los tres años adicionales que permaneció con el ‘Ídolo’ solo logró anotar 10 goles en total.

Para ‘El Cabezón’ parte de su rendimiento se podría explicar en la relación que mantuvo con los entrenadores de Barcelona entre el 2009 y 2011. “Los jugadores de fútbol saben que el rendimiento de un jugador en la cancha parte de la confianza que deposite en ti el entrenador”, añadió.

Su relación con Juan Manuel Llop, Rubén Darío Insúa y Luis Zubeldía no fue buena, pues desde el inicio le hicieron saber que no iba a ser tomado en cuenta. Con Alex Aguinaga terminó confrontándose en uno de los entrenamientos debido a los comentarios del ‘Guero’.

“Todos los entrenadores que tuve en esa época (sus últimos años en el club), ya no me querían, y buscaban la forma de hostigarme, de confrontarme”.

Su primer impase fue con Juan Manuel Llop. El argentino llegó a Barcelona a mediados del 2009 para pelear la permanencia de Barcelona en primera categoría. “Desde que llegó me liquidó. (Juan Manuel) ‘Chocho’ Llop no me quería en el equipo, me dejó claro que no iba a jugar y luego (Rubén Darío) Insúa cuando llegó a Barcelona me dijo que o jugaba de carrilero o no jugaba”.

Con Alex Aguinaga, en cambio, las diferencias culminaron en una confrontación durante uno de los entrenamientos, pues Palacios aseguró que desde el primer día que dirigió en Barcelona, le ‘puso la cruz’. La llegada de Luis Zubeldía no cambió su rol dentro del club. El argentino también lo sentenció anticipándole que no lo tomaría en cuenta, lo que finalmente derivaría en su salida a finales del 2011.

Para la siguiente temporada Palacios continuaría su carrera en Emelec, pero sin lograr consolidarse en el plantel. Pasó por varios clubes ecuatorianos: Universidad Católica, El Nacional, Guayaquil City hasta su retiro con la camiseta del Imbabura en el 2018.

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