Con su rival todavía aturdido, el ecuatoriano Ricardo Jaramillo se arrodilló y realizó una reverencia a la Bandera de Ecuador que colocó en la lona. Luego, se puso la Tricolor en la espalda, levantó las manos y le impusieron el cinturón de campeón mundial de muay thai, en los 72 kg., por la WTFF, una organización francesa. Había lágrimas en sus ojos.
La pelea se realizó en Belém do Pará, Brasil, la noche del 17 de julio del 2021. El tricolor, de 27 años, se impuso por KO en el cuarto asalto.
Su rival, el local Diego dos Santos, sintió la potencia de los golpes del ecuatoriano, quien tuvo una clara estrategia de mermar en la zona media. “Mi oponente era muy fuerte, parecía una roca realmente. Recuerdo que después de un gancho en la costilla le entró un codo, y al caer se dislocó el hombro. No pudo continuar”, contó el campeón a este Diario, a través de una llamada de Whatsapp.
Jaramillo se convirtió así en el primer ecuatoriano que gana un título mundial profesional en esta ancestral arte marcial, conocida también como boxeo tailandés. Así se lo indica en la cuenta de Instagram Extreme.MMA, un sitio especializado en deportes de combate.
El tricolor no pudo viajar a Brasil con su equipo de trabajo. En su esquina solo estuvo el brasileño Victor Cantarero, uno de sus estudiantes de muay thai, y el padre de este Romel Cantarero.
Jaramillo ha practicado artes marciales desde niño. Empezó con taekwondo a los siete años en la escuela Francisco Febres Cordero, en Quito. A los 10 practicó gimnasia y a los 13 hizo lucha olímpica en Concentración Deportiva de Pichincha. Tuvo una lesión y paró una temporada hasta que a los 15 años ingresó al afamado gimnasio Kamikaze Muay Thai, en el sur de Quito. Allí, uno de sus instructores ha sido Miguel Ángel Mendoza.
También ha practicado karate, boxeo y hasta ha realizado peleas de artes marciales mixtas, pero desde los 18 años se decidió por el boxeo tailandés. “Mi fuerte fue el muay thai. Me gusta el arte marcial puro, sé lucha, jiu jitsu, taekwondo, pero me ha gustado más enfocarme en ese arte marcial”, explicó el deportista que tiene un récord de 18 triunfos y 2 derrotas en el boxeo tailandés.
Para el combate en Brasil se preparó los últimos cuatro meses. Se ejercitó en el gimnasio Kamikaze y también con el Team Instinto Animal, en el norte de la capital, donde es instructor.
Precisamente uno de sus estudiantes es el brasileño Victor Cantarero, quien reside en Quito por estudios. Él, que estaba de vacaciones, lo pudo acompañar en Brasil y fue parte de su esquina.
Para poder viajar, en los últimos meses organizó rifas y también se fueron sumando personas y microempresas que lo patrocinaron para su disputa por el título.
“La gente me ayudó mucho. Alumnos, compañeros de entrenamiento, familia; se hizo rifas. Se fue encontrando gente en el camino. Mi objetivo ahora es ganar otro cinturón mundial, en ISKA, una organización que también realiza combates de K1 y kickboxing”, añadió.
“Este título implica mucho esfuerzo, mucho trabajo. Mi objetivo como deportista es que en algún momento, ya no yo, pero sí los deportistas que vienen detrás de nosotros puedan contar con más apoyo”, dijo el instructor y ahora también campeón mundial.