Entrevista a Mario Unda, investigador, sociólogo y catedrático universitario.
La participación de Ecuador en los mundiales de fútbol del 2002 y 2006 alteró la cotidianidad de la mayoría del país. Ahora, sin el equipo en el Mundial de Sudáfrica, ¿cuánto pudiera cambiar esa cotidianidad?
La presencia de la Selección en esos mundiales generó una identificación mayoritaria en los ecuatorianos; era como si todos jugaran el Mundial. Esto generó una autoestima futbolera alta, que se evaporó cuando la Selección no se clasificó para el Mundial de Sudáfrica. Los aficionados no se identifican con un Mundial, sino con la presencia de su Selección. Por eso, existe una especie de nostalgia y el interés será menor en este Mundial.
¿Cómo opera esa nostalgia antes de este Mundial?
La nostalgia opera en varias escalas. Primero nos recuerda que no estamos en una etapa que ya vivimos. Además, nos recuerda el eslogan de que todos eramos la Selección. Es decir, que distintos grupos y culturas podían verse reflejados en una unidad. A partir de esa unidad, se creó una identidad. También existe nostalgia no solo por el hecho futbolístico, sino por el hecho social.
¿A qué se refiere cuando dice el hecho social?Cuando Ecuador se clasificó a su primer Mundial, existía una inestabilidad de identidad. La identidad se construyó sobre la base de la guerra con el Perú. Luego, se firmó la paz y la identidad se resquebrajó. Ese fue el hecho social. Pero la Selección permitió descubrir que sí teníamos posibilidades, valores y capacidades, que podíamos cumplir un gran objetivo. Entonces, aparecieron varios elementos que fortalecieron la identidad y la confianza de la gente en sí misma.
¿Esa identidad está fragmentada por la ausencia de la Selección en el Mundial?
Desconocemos si esa identidad resurgirá. La Selección deberá jugar las eliminatorias y la Copa América. Entonces, eso permitirá recordar nuevamente los elementos de autoestima. Por el momento, no existirá el mismo interés en este Mundial.
Es decir, que habrá apatía en este Mundial.
Más que apatía, habrá un menor interés. Pero ese interés aumentará conforme avance el Mundial. El fútbol está en el inconsciente de mucha gente y, por eso, la atención crecerá con el transcurso de los partidos. La ausencia de la Selección hará que el interés de la gente se dirija a otros lados como el torneo local.
¿El torneo local puede llegar a restarle interés al Mundial de Sudáfrica?
Sí. La Selección, con sus clasificaciones a los mundiales, construyó una identidad. Ahora, ya no existe esa identidad y las personas buscarán referencias en sus equipos, en el torneo local. Además, el Campeonato no se detendrá durante el Mundial. Sin embargo, para quienes les gusta el fútbol habrá otros mecanismos que les permitirán identificarse con el Mundial. Los hinchas pueden identificarse con Brasil, Argentina, las selecciones más cercanas a nuestra región.
Para quienes les gusta el fútbol, ¿cuánto puede cambiar su cotidianidad?
Las personas reorganizarán su vida en función de los horarios de los partidos. Entonces, desayunarán y almorzarán en restaurantes que tengan pantallas que transmitan el Mundial. Pero para la mayoría de la gente que no tiene esta relación con el fútbol, el Mundial podría pasar desapercibido al principio. Quizás alguna gente que le gusta el espectáculo seguirá la inauguración.
¿Hasta qué punto puede llegar la identificación de los aficionados con otras selecciones, como la de Brasil?
Antes de que Ecuador se clasificara a su primer Mundial, existía una mayor identificación con Brasil. Pero después de que Ecuador se clasificó al torneo ya existía una referencia de identificación propia. Ese referente aún existe y, por más, que tengamos preferencia por selecciones como Brasil, no será lo mismo. Por supuesto que podremos sentirnos contentos si Brasil gana el título o los equipos sudamericanos tienen una presentación decente.
Usted dijo que existe una tendencia a identificarnos con selecciones más cercanas como Brasil, Argentina… ¿Por qué ocurre esto?
Hay una cierta simpatía por los países de la región por la cercanía. Nos parecemos más a las poblaciones de América Latina que a los países del norte o centro de Europa. Pero habría que hacer una reflexión para grupos sociales más específicos. Esto porque con la migración, la identificación de las personas puede variar mucho. Por ejemplo, ahora existen familias de ecuatorianos que residen en España e Italia y pudieran tener preferencia por las selecciones de esos países. Entonces, se pueden generar flujos de simpatía diferentes. Eso sí, por lo general las personas tienden a identificarse con los más débiles.
¿En un Mundial de fútbol, que implica identificarse con los más débiles?
La identificación con los débiles no solo ocurre en el fútbol. Cuando existe una identificación con los débiles, se busca una especie de unidad y apoyo a un grupo que tiene nuestras mismas características. Por ejemplo, las personas suelen identificarse con los problemas de un barrio porque tiene sus mismos problemas. Es igual en el fútbol. Hay simpatías que operan en el fútbol.