El entrenador venezolano Jean Rubino (centro) trabaja con los alumnos en el coliseo. Los dirigentes y padres de familia de los deportistas suelen observar los entrenamientos. Foto: Fabián Maisanche/EL COMERCIO
Varios niños indígenas y mestizos de las ocho comunidades de Pilahuín se convirtieron en los primeros practicantes de taekwondo.
Los infantes comenzaron a entrenarse desde noviembre, en el coliseo de los deportes de la parroquia rural, ubicada al suroccidente de Ambato.
El entrenador venezolano Jean Rubino es el promotor de esta actividad deportiva. El cuarto dan de taekwondo indica que los niños de Pilahuín están aprendiendo los valores de perseverancia, tenacidad y esfuerzo para que logren alcanzar en el futuro el cinturón negro. Además de explicarles el propósito del arte marcial que es conseguir un cierto grado de madurez, crecimiento espiritual, superación personal y de darle al mundo una mejor versión de la persona.
“Estas herramientas que hemos comenzado a explicarles a los niños les permitirá ser un mejor ser humano en la sociedad. En la etapa de iniciación contamos con el apoyo de los padres y de las autoridades parroquiales”, aseguró Rubino.
El intenso frío en la parroquia no es impedimento para que los chicos se entrenen en el coliseo. El entrenador Rubino colocó 14 conos verdes y anaranjados en el entablado de la infraestructura deportiva, el pasado miércoles.
Al entrenamiento asistieron nueve varones y mujeres de entre 4 y 9 años de edad. Vestían ropa deportiva puesto que sus atuendos tradicionales, como el poncho rojo y el pantalón blanco, no se utilizan para estas actividades recreativas. Mientras que las niñas dejaron a un lado el anaco, la bayeta y su tradicional blusa blanca con bordados andinos.
Kevin Pandashi acompañó a su hijo Aldahir al entrenamiento. El ejecutivo observaba desde los graderíos cómo su vástago, de 5 años, imitaba los movimientos del entrenador llanero.
Minutos después descendió al entablado para animarle a que continuara con la práctica. “Corre, mijo”, “ánimo, ya llegas” fueron algunas de las arengas del padre.
“Mi guagua debe aprender desde pequeño a dominar su carácter, para que no pierda la dirección de su vida. Este deporte es nuevo en la parroquia y aunque es pequeño prefiero que este aquí antes de que se involucre con chicos malos”, explicó Pandashi.
El proyecto de taekwondo en las parroquias rurales de Ambato continuará el próximo año. Para eso, los promotores tienen planificado asistir a las asambleas con los cabildos o dirigentes indígenas de Pilahuín, para que los niños asistan a los entrenamientos. Además, explicar las bondades del deporte y su propósito.
Según Alejandro Tamaquiza, presidente de la Junta Parroquial de Pilahuín, un grupo de taitas y mamas se opuso a que el taekwondo sea difundido en la parroquia.
El dirigente indicó que los ancianos de varias comunidades coincidieron en que el arte marcial promueve la violencia y que los guaguas se peleen.
“Este deporte es para defensa personal y no atenta contra la juventud. Vamos a salir con el maestro a las comunas para explicarles de lo que se trata”, aseguró Tamaquiza.
Otra de las propuestas para promover al taekwondo es conversar con las autoridades de las parroquias de Quisapincha, Salasaka, Santa Rosa, San Fernando y Pasa.
“El taekwondo ha sido desatendido a nivel de la zona rural. Como entrenadores sabemos que el talento no solo está en las zonas urbanas, también se encuentra en sitios alejados. Estos chicos necesitan una oportunidad para romper las barreras sociales”, sostuvo el entrenador Rubino.