Nelson Suárez tiene 82 años y consiguió cinco medallas en el Mundial Máster de Natación.
Nelson Suárez Sevilla, un legendario de la natación ecuatoriana, es otra vez el mejor del mundo. Su última proeza la consiguió en el Campeonato Mundial Máster de Montreal, Canadá, en el que se disputaron pruebas de piscina, clavados, aguas abiertas, polo acuático y nado sincronizado, entre el 27 de julio y el 10 de agosto.
El nadador ecuatoriano alcanzó la medalla de oro en el salto de plataforma de 5 metros, en la categoría de 80-84 años. Lo consiguió en la zona de clavados del complejo de piscinas del Parque Jean Drapeau.
En la cita mundial máster que convocó a unos 9 000 participantes, en categorías por edades desde los 25 años, el ambateño que reside en Guayaquil obtuvo otras cuatro medallas.
En los saltos ornamentales logró dos preseas de plata, en las pruebas de trampolín de 1 y de 3 metros.
Por si fuera poco, en los eventos de piscina también se destacó. Obtuvo el octavo lugar en los 200 metros pecho y fue sexto en la prueba de 50 m, por lo que le entregaron otras medallas de color negro. En el torneo máster se otorgaron preseas hasta el décimo lugar.
El deporte lo ha mantenido fuerte y activo. Con 82 años conduce su vehículo con plena seguridad y realiza todo tipo de actividades.
Él aduce que su vitalidad se debe a la natación, deporte que todavía le apasiona y que empezó a practicarlo en la niñez.
El octogenario nadador aprendió a flotar en un río del cantón Pangua, en la provincia de Cotopaxi. Él recuerda que a los 6 años ya se lanzaba desde una piedra de 3 metros de alto, con lo que empezó a ser temerario. Esa es una de las tantas cualidades que se requieren para los saltos sobre el agua.
En sus primeros años de adolescencia llegó a Quito y estudió dos ciclos en el colegio Mejía, donde nadie le ganaba en una prueba de natación.
El campeón mundial máster recuerda que a los 11 años acudía a la piscina del Sena, en el centro de la capital.
Sus saltos causaban tanta expectativa que en ese escenario no le cobraban “los 2 reales” de la entrada, solo para que deleitara a los asistentes con sus proezas sobre el aire y el agua.
En la adolescencia vivió en Guayaquil y allí aprendió la técnica de los clavados competitivos con el campeón sudamericano Cristóbal Savinovich, en la piscina olímpica.
Más adelante y siguiendo su espíritu aventurero se adentró en las Islas Galápagos, donde trabajó como pescador. En el archipiélago se fue ganando fama de buen nadador y hasta aprendió a bucear a los 17 años.
El tiempo pasó y también trabajó en la Marina; fue entrenador de natación y hasta dio clases en la piscina del Hotel Quito. Nunca dejó de competir en saltos y en aguas abiertas.
También se lo recuerda por haber preparado, durante dos décadas, a decenas de clavadistas en el Puerto Principal. Entre ellos se destacaron sus hijos Nelson y Abraham, ambos campeones sudamericanos en los saltos ornamentales.
Suárez ya ha tenido experiencia en pruebas de categoría mundial para nadadores máster. Antes obtuvo medallas en los mundiales de Australia, EE.UU., Canadá e Italia.
Ahora está jubilado y vive en Guayaquil, aunque también viaja periódicamente a EE.UU.
Cuando está en el país acude, tres veces por semana, a la piscina olímpica y nada unos 1 000 metros por jornada.
Los fines de semana, en cambio, ejercita sus saltos en el complejo La Pradera.
El deportista de 82 años continuará compitiendo porque quiere ser reconocido como un ejemplo, de constancia y disciplina, sobre todo para los más jóvenes.