Los entrenamientos se inician a las 12:00 y finalizan pasadas las 18:00. Foto Referencial: Archivo / EL COMERCIO
Un local de unos 4 metros cuadrados, ubicado en el coliseo del cantón azuayo de Nabón, sirve para la práctica del levantamiento de pesas. Allí, de lunes a viernes, 20 alumnos de entre 8 y 12 años se entrenan con el sueño de ser seleccionados nacionales.
Los niños y las niñas acuden al escenario de las diferentes comunidades y caseríos, cuyos padres, en su mayoría, residen en Estados Unidos. Los futuros pesistas se preparan con el entrenador Santiago Loja, quien se traslada diariamente desde Cuenca.
Los entrenamientos se inician a las 12:00 y finalizan pasadas las 18:00. Los alumnos acuden, en horarios distintos, de acuerdo con sus edades. En el reducido espacio se destacan tres barras antiguas, una barra olímpica y un juego de pesas olímpico. Además, existen cuatro plataformas pequeñas.
Según Loja, en los cantones hay niños con mucho talento para las diferentes disciplinas, pero “a veces están olvidados porque viven en lugares alejados de la ciudad”. El proyecto de la Federación Deportiva del Azuay es reclutar valores de esos sectores de la provincia.
El adiestrador califica como un emprendimiento deportivo trabajar con niños de las comunidades y caseríos, cuyos familiares son agricultores o ganaderos, en algunos casos. “La gente del campo es más preocupada por sus hijos, siempre están pendientes y preguntan cómo están avanzando en el aprendizaje”.
Los alumnos desarrollan diferentes técnicas del levantamiento de pesas, como posición inicial, halón, recuperación y empuje. Una vez desarrollada la coordinación de movimientos, se empieza a colocar peso en la barra.
De acuerdo con los progresos del deportista, viene la sobrecarga: se inicia con 1 kilo, se sube a 2 y 3 kilos y así, sucesivamente. A criterio de Loja, “es un proceso de unos dos meses, una vez que el niño ya potencia las técnicas del arranque y del envión, que se desarrollan por fases”.
En los últimos selectivos de la provincia, que se realizaron en Azuay, con miras a los Juegos Nacionales Escolares previstos para noviembre próximo, tres de sus alumnos fueron preseleccionados. En la lista están Dionisio Quezada, María José Piedra y Vanessa Sarango. La meta del técnico es sumar seis de sus dirigidos en la selección definitiva.
Sarango, de 12 años, incursionó hace seis meses y su meta es ser seleccionada del país. “Me siento feliz de venir a entrenarme cada día”. Ella llega al lugar de entrenamientos acompañada de Piedra, de 10 años. Ambas son alumnas de la Unidad Educativa Nabón.
Érick Jaramillo, de 10 años, es el más antiguo del grupo. Tiene ocho meses de preparación y se siente afortunado porque todos sus compañeros son amigos. “No solo entrenamos pesas, también jugamos índor, fútbol y baloncesto”. Él es el dueño la pelota, aseguran sus compañeros entre risas.
El entrenador cuencano insiste que, en las comunidades existen grandes talentos y la idea del proyecto es potenciar el levantamiento de pesas y otros deportes en Nabón, uno de los cantones azuayos con mayor población indígena. Su optimismo se mantiene pese a la falta de recursos para mejorar la implementación e infraestructura deportiva.
Él solicitó renovación de los equipos de pesas, pero las autoridades deportivas le dijeron que no había dinero. El local donde se entrenan tampoco es adecuado, incluso después de las 17:00 empieza a ensombrecer y necesitan luz artificial.
Los alumnos cuentan que llegan a las prácticas luego de clases, tras cambiarse de ropa y almorzar. Después de los entrenamientos se dedican a las tareas escolares. Hay quienes hacen sus deberes en el coliseo, mientras descansan.
Nabón es uno de los cantones azuayos que prioriza la actividad deportiva en las categorías menores, con el apoyo de la Liga Deportiva Cantonal. También hay escuelas de atletismo, fútbol y boxeo.