El hatha yoga ofrece una gama de posturas que otorgan fortaleza muscular y flexibilidad articular, optimizando el tiempo de trabajo dentro del gimnasio. Johanna Sevilla es maestra de yoga y su teoría es que los músculos adquieren forma después de tres meses, con dos clases a la semana. Pero que como en toda disciplina se necesita constancia.
Hatha yoga es una palabra que está escrita en sánscrito -lengua clásica de la India- y que significa sol (Ha) y luna (Tha). Es por eso que además de tonificar los músculos, este tipo de yoga equilibra las dos energías que poseen las personas: femenina y masculina, a través de posturas que fusionan el bienestar mental, físico y emocional.
La diferencia con ejercitarse dentro de un gimnasio es que en el yoga las personas se concentran y piensan cada movimiento. “Eso no sucede en con otras disciplinas”. Allí, -dice- el trabajo es mecánico. Aquello les permite liberarse del estrés y recargarse de buenas energías.
Las clases de hatha yoga están divididas en tres partes. Los alumnos ejecutan movimientos de gimnasia psicofísica, cuya función es eliminar toxinas. Cada uno de los ejercicios contribuye con el estiramiento y tonificación de los músculos del cuerpo.
El otro objetivo es calmar la mente. En el yoga tradicional, practicado en Oriente, las personas cumplen con las posturas sin preámbulos.
Después de la gimnasia, llega la fase de relajación, que se logra sintiendo la respiración, una y otra vez. Ese trabajo permite que los músculos contracturados se relajen.
La recomendación es que con 20 minutos de movimientos previos, llegan las posturas. Esas tienen como finalidad estirar la columna vertebral. “Esa parte se vitaliza después de que se separan los espacios invertebrales”, comenta Sevilla.
Ciertas posturas también ayudan al fortalecimiento de los músculos de la parte anterior del cuerpo, pecho, brazos, abdominales… Hay otras que tienen como objetivo revitalizar los músculos posteriores, sobre todo, los de la espalda.
Los especialistas explican que las contracturas se originan al realizar movimientos bruscos y malas posiciones que se adoptan en el día a día. Eso sucede, incluso, con deportistas de élite de ciclismo, atletismo, fútbol…
En Ecuador, los jugadores del primer equipo de El Nacional tienen clases de hatha yoga. El trabajo de la especialista consiste en ayudarles a estirar los músculos, para minimizar la presencia de lesiones.
¿Y quiénes pueden practicar hatha yoga? Todas las personas, de diferente edad y peso. Hay clases, incluso, para madres con bebés de 3 meses.
Los trabajos y las rutinas varían dependiendo de las personas que integren un grupo. Las personas que no son tan elásticas se sientan sobre pequeños bloques para realizar una determinada posición.
El único requisito [[OBJECT]] Para practicar yoga es asistir con ropa cómoda y con predisposición. Se sugiere ropa pegada al cuerpo.
Las clases [[OBJECT]] Duran de 45 a 60 minutos. Se sugiere separar una cita con tiempo. El nivel de exigencia de las clases es paulatino.
Para conseguir [[OBJECT]] Los resultados deseados se sugiere asistir a clases dos veces por semana. Allí se habla de la historia del yoga.
Existe variedad de tipos de yoga [[OBJECT]] Escoja la que más le convenga y la que más se adapte a sus necesidades y dolencias.
El costo [[OBJECT]] Promedio de una clase de yoga es de USD 25. Depende del lugar y de la profesora. Puede ubicarlos en la Internet.
Recuerde [[OBJECT]] Que es importante contar con la guía de un especialista para evitar posible lesiones, sobre todo, en la espalda.