Morante y Manzanares, triunfo en grande al sur

Esplendoroso remate a una mano de Morante de la Puebla en Alicante, donde triunfó rotundamente.

Morante de la Puebla y José María Manzanares, con dos orejas cada uno, ofrecieron una gran tarde de toros en Alicante, en un festejo en el que Finito de Córdoba cortó un trofeo con toros de Zalduendo y El Pilar.
Morante se reencontró con las musas en su segunda labor ante un toro de muy buena condición de Zalduendo, al que el genio de Puebla del Río exprimió de principio a fin en una labor repleta de magia y sentimiento, en la que compaginó pasajes hondos y de notable sabor en el toreo fundamental con la gracia y el duende de los adornos y remates. Dos verónicas, otras tantas chicuelinas y una media de cartel con el capote fueron la carta de presentación a una labor que continuó de forma magistral con ayudados por alto en el prólogo de muleta.
Al natural, dos tandas más hondas y sentidas si cabe, aunque por ahí se acabó pronto el toro. Volvió a derechas para cerrar una faena aderezada con molinetes, ayudados y pases de uno en uno con los tendidos cada vez más entregados.
No entró la espada hasta el segundo viaje, y el propio Morante dio puntilla al toro como si fuera el descabello. Cortó las dos orejas. Antes con su primero, toro incómodo y sin apenas sustancia, lo intentó en vano.
Manzanares sorteó en primer lugar a un toro con movilidad de Zalduendo, para diseñar una labor compacta y rotunda en la que en alicantino toreó al ralentí, componiendo muy bien la figura en preciosos y elegantes muletazos ligados sobre ambas manos.
El temple, el sentimiento y el gusto fueron las claves de un trasteo de alta nota, y siempre a más, que tuvo el único momento de congoja en la fea voltereta, al entrar a matar pero dejó la espada en todo lo alto. Rodó el astado, y para él fueron a parar las dos orejas.