Miller Salazar, presidente de Macará. Foto: Mauricio Bayas/ EL COMERCIO
Entrevista a Miller Salazar, presidente de Macará
¿Hay una crisis en el fútbol ecuatoriano?
No. No creo. No comparto, porque esto es simple. Vea la participación de los equipos en Libertadores y Sudamericana. Más allá que uno sea de Macará, me da alegría ver el nivel que tienen la Católica, el Cuenca en los partidos de Sudamericana y el triunfo de Barcelona en Argentina.
¿Y la Selección?
Hemos pasado una mala racha con la Selección por situaciones que, en lo personal, preveía que iban a llegar. Estamos al borde de la eliminación y eso no quiere decir que ha bajado el nivel del fútbol ecuatoriano. El nivel creció muchísimo. Ahora vamos al Mundial Corea Sub 20. No estoy de acuerdo con ese criterio (de la crisis).
Hay clubes como el Deportivo Quito en la Segunda Categoría ¿Ese no es reflejo de crisis?
La crisis en el fútbol es por la irresponsabilidad de los dirigentes y un mal manejo. Si tiene presupuesto de USD 1 000 no puede pagar premios de USD 10 000 por ganarle a Liga o a Barcelona. No se puede contratar jugadores que ganen USD 50 000 porque sabemos que no tenemos esa capacidad. Eso ha llevado a la mayoría de equipos a la crisis. También a Macará en el 2010. Armamos equipo para campeón y descendimos. Es la mala administración la que ha llevado a eso, pero no tiene nada que ver con el aspecto futbolístico.
Cuatro años después de proponer el manejo de los derechos de televisión por parte de la FEF ¿Cuál es su balance?
Que pese a los esfuerzos que hemos hecho, que benefició a los equipos chicos, no nos arrepentimos y estamos contentos , pese a los problemas que hay para que se cancelen los valores. No es un campeonato en igualdad de condiciones. Uno tiene presupuesto de USD 18 millones, que es Barcelona, Macará alcanzará los USD 3 millones. Esa diferencia y brecha económica es muy complicada. Los equipos de provincia no tenemos esas capacidades económicas. Al menos, debe ser un reparto más equitativo. Por eso me he ganado muchos enemigos, pero también muchos amigos.
¿No se arrepiente de la frase: ‘la rebelión de los chicos’ (lo dijo en el Congreso del 2013)?
¡No! Si usted no se olvida, yo no me arrepiento (de la frase). Era el momento idóneo para plasmar eso que dije hace cuatro años.
¿Cómo cambiará el tema con la nueva venta de los derechos de TV?
Vamos a ver. No somos dirigentes que nos sentamos a alzar la mano. Somos dirigentes que conocemos lo que pasa a la interna del fútbol ecuatoriano. Lo estamos manejando con equilibrio. Somos los equipos los que decidimos el futuro del fútbol a través de sus representantes. Conversaremos y buscaremos lo mejor. Así vengan tormentas.
¿Hay una nueva Federación con la administración de Carlos Villacís?
Es una administración diferente. Vale la redundancia, en lo administrativo. No es una dirigencia nueva porque han estado con el ingeniero Chiriboga muchos años, pero tienen otro tipo de políticas. Les tomó de nuevo muchas cosas. Veo que han cambiado en el sentido positivo y otras creo que faltó poco de experiencia y manejo.
¿Es necesario reformular las series A y B?
Sí me pregunta a mí, le digo que sí. Abiertamente. No se puede jugar un campeonato con 12 equipos. Así salga un ‘contreras’ y manifieste que sería una irresponsablidad porque no hay plata para 12, peor para 18 o 15. Para mí, debe desaparecer la Serie B. Dicen que es un infierno, pero nadie hace nada. Esta vez no vamos a esperar el Congreso. Creo que seis meses antes tenemos que conversar y elaborar una sola serie antes de que piensen que uno quiere entrar por la ventana.
¿Esta reestructuración, otra vez, con la rebelión de los chicos?
No sé. Hay algunos chicos que no les interesa. Les interesa ser chicos y hay algunos equipos que algún día queremos ser grandes. El tema es complicado y complejo.
Biografía.
Nació en Ambato, fue periodista y es ingeniero mecánico por la Politécnica del Chimborazo con un posgrado en Italia.
Trayectoria.
Llegó a Macará en 1995 como gerente. Consiguió que el equipo suba desde la Segunda Categoría hasta la Serie A.