Las ‘pole positions’ consecutivas y los triunfos recurrentes ya no son la muestra más fehaciente del poderío de Mercedes en la Fórmula 1 2014. De alguna manera los aficionados se acostumbran a ello y, cuando hay un dominador aplastante, encuentran mayores emociones en la pelea por las demás posiciones puntuables.
Pero sí lo es el hecho de que Lewis Hamilton tomara la partida desde el puesto 20 y terminara tercero, sin que los 16 autos a los que tuvo que sobrepasar pudieran ofrecerle mayor resistencia.
Apenas dos o tres carreras bastaron para comprender que el título de la presente temporada solo tiene dos aspirantes con posibilidades reales, que además son compañeros de equipo.
Hay quienes comparan lo que sucede este año en la F1 con las temporadas 2011 y 2013, donde Sebastian Vettel y Red Bull arrasaron con las posibilidades de los otros candidatos a los títulos.
Sin embargo, hay una diferencia fundamental: pese a tener el mismo auto que el hoy cuatro veces campeón mundial, Mark Webber no tuvo la capacidad de enfrentar a su compañero hasta el punto de pelearle el campeonato.
Por eso en ambas ocasiones Vettel se dio el lujo de ganar el mundial de manera anticipada.
El caso de Mercedes es muy diferente. La escudería alemana tiene en sus filas a dos pilotos muy competitivos, pese a las innegables diferencias entre ellos.
Hamilton es un piloto muy rápido, a quien su vehemencia en más de una ocasión le ha jugado en contra. Ha ganado cinco grandes premios este año, pero también ha sido víctima de problemas de fiabilidad que le han obligado a abandonar en dos ocasiones (Australia y Canadá).
Nico Rosberg, por su parte, es más regular y ha sabido sacar un mayor provecho del monoplaza, pese a que tiene una victoria menos que Hamilton. Esto se refleja en el puntaje que lo mantiene como líder del certamen.
Con 10 carreras disputadas de 19, Hamilton y Rosberg han cosechado 366 puntos que ponen a Mercedes como virtual campeón de escuderías del 2014.
Por ahora, su mayor esfuerzo se enfoca en lograr la primera posición de salida en la sesión clasificatoria de cada Gran Premio, y tratar de mantener a raya a su compañero.
Pese a su sorprendente desarrollo de las últimas carreras, Williams aún está lejos de representar una amenaza para su dominio. Y aunque lo hiciera, han acumulado una ventaja que les permitiría mantenerse a salvo con solo administrarla de manera adecuada. Eso sí, la paridad entre ambos pilotos seguramente estirará la definición hasta el final de la temporada.