Las medidas de seguridad funcionaron en el recorrido

En la carpa de primeros auxilios del Cuerpo de Bomberos de Quito, ubicada en el extremo nororiental de la cancha del estadio Olímpico Atahualpa, estaba el sargento Édgar Michelena, del Cuerpo de Bomberos, coordinando las labores de primeros auxilios para la carrera Quito-Últimas 15K. Vestido con un overol de color rojo y botas negras, guiaba las operaciones de los bomberos a través de un radio transmisor, el cual estaba fijado en la parte trasera de su cinturón. “Esto me permite conocer todos los pormenores que se dan en los sitios donde ubicamos al personal de apoyo. También coordinamos cuestiones logísticas como el uso de ambulancias, camillas y equipo de primeros auxilios”. Los uniformados colocaron cinco puntos de control en los 15 kilómetros de carrera. El primero se ubicó en la avenida Maldonado y El Tablón, el segundo estuvo en la Plaza de Santo Domingo, el tercero se instaló en el sector de La Mariscal, el cuarto fue en la avenida Mariana de Jesús y Seis de Diciembre y el último permaneció en el estadio Atahualpa. Además, una ambulancia iba detrás de los atletas para resguardarlos. Conforme avanzaba la competición, Michelena monitoreaba los canales de su radio para contactarse con el personal de apoyo. A través de ese mecanismo preguntaba a sus compañeros si sucedía alguna emergencia. Dijo que no se registraron novedades. A la altura de la avenida Seis de Diciembre y Tarqui, el keniata Patric Naiwa chocó con una aficionada que se acercó a ofrecerle agua. Ese inconveniente no lo detuvo y finalizó la ruta. Así lo informó Isaack Kimaiyo, también de Kenia, quien se ubicó en el tercer lugar de la carrera. También se accidentó un atleta con discapacidad. Él se cayó en su silla de ruedas y fue atendido por los transeúntes que observaban la competición desde la acera. Pese a que hubo esos problemas, el Cuerpo de Bomberos no reportó accidentes de gravedad. Los atletas llegaban al estadio Atahualpa, la primera en ser atendida fue la ganadora Diana Landi, quien perdió el conocimiento por unos segundos. Cuando cruzó la meta, sus ojos se nublaron. “Fue el cansancio lo que me hizo sentir mal. Además, estaba un poco resfriada”. Unos minutos después, la corredora aficionada Diana Hidalgo sufrió el mismo problema. A ella la atendieron unos cadetes de la Escuela Superior de Policía. Ellos la masajeaban y le daban de tomar agua para que mejorara. “Me sentí mal a partir del kilómetro número 14. Sentí que me faltaba el oxígeno. Es la primera vez que compito en esta carrera”. Otras personas acudieron a la carpa de primeros auxilios para ser atendidos por problemas de respiración, mareos, calambres, pequeñas heridas y para medirse la presión arterial. El coronel Fernando Calles, jefe del operativo de seguridad de la carrera, informó que no hubo incidentes que lamentar. “Una vez que llegó el último atleta, el personal de tránsito despejó las vías”.

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